Cuéllar: pequeños recuerdos visuales de esta población segoviana


Cuéllar. Ubicación geográfica en la provincia de Segovia, a medio camino entre la ciudad del acueducto y Valladolid, de esta población de más de 9.500 habitantes que cuenta con fama y renombre desde el medievo. Por tamaño, ubicación e importancia es, además, el punto de encuentro entre muchas poblaciones de la zona. Además, es la cabeza de la Comunidad de la Villa y Tierra de Cuéllar y es poseedora de un interesante patrimonio cultural y arquitectónico que desde tiempos lejanos se han encargado de promocionar y lucir. Cuenta con uno de los conjuntos de arquitectura mudéjar más interesantes de la Península y unos recintos defensivos no menos interesantes, si bien en algunos puntos su recuperación sea demasiado evidente u "osada". [Mapas VíaMichelín].

Cuéllar. Escudo municipal y lema turístico, todo en uno: el llamativo caballo y la frase "Cuéllar, isla mudéjar en el mar de pinares".

En una explanada frente al castillo, en la llamada plaza del Castillo, se encuentra la iglesia de San Martín. Un antiguo templo con raíces en el siglo XIII que ha sido recuperado para albergar un museo temático del arte mudéjar: el Centro de Interpretación del Arte Mudéjar, en activo desde 1997. Esta iglesia, empero, vivió años oscuros de abandono y desidía a pesar de ser considerada Monumento Histórico-Artístico desde 1931; y su campañario no ha podido olvidar del todo las consecuencias.

Muralla de Cuéllar. La restauración y recuperación de la vieja cerca defensiva ha deparado esta solución en el tramo entre el castillo y el arco de San Basilio para facilitar el paso a la calle Palacio desde la calle San Andrés y la vieja ruta hacia Valladolid. Un repaso al antes y al después demuestra que la muralla necesitaba una restauración integral y que los trabajos le han venido muy bien a algunos puntos.

Cuéllar. El Arco o Puerta de San Basilio, en primer plano, y la torre de la iglesia de San Esteban, emergiendo entre diferentes edificaciones.

Arco de San Basilio, vertiente interior de este paso al que también se le conoce como Arco de, Robledo. Uno de los principales accesos a la villa en otros tiempos, se le vincula con el siglo XII y se le encuentran conexiones con los modos constructivos que se encuentran en Toledo.

La calle San Andrés, con el antiguo convento de San Basilio al fondo, justo enfrente del arco homónimo. El convento original, del siglo XVII, mutó en diferentes dependencias de usos civiles (hoy en día hay una tienda de antigüedades y también un célebre restaurante, por ejemplo) a raíz de una de las desamortizaciones acaecidas en España durante el siglo XIX.

El arco de San Basilio, vertiente "extramuros".

Efecto ojo de pez sobre la puerta de San Basilio y un tramo de la muralla de Cuéllar, cubo incluído.

Antiguo convento de San Basilio. El convento original, del siglo XVII, mutó en diferentes dependencias de usos civiles (hoy en día hay una tienda de antigüedades y también un célebre restaurante, por ejemplo) a raíz de una de las desamortizaciones acaecidas en España durante el siglo XIX.

Esta cruz emerge en la pequeña plazoleta que crece a los pies del arco de San Basilio allí donde se unen las calles Barrera y San Andrés.

Calle San Andrés. Pegatina de temática crítica adherida al poste de una farola. En ella se critica la celebración de la muestra artística Las Edades del Hombre, que en 2017 tendrán lugar en esta población segoviana.

Cuéllar. Calle San Andrés. Antiguos negocios de rótulos pintados y viejas estancias tapiadas con ladrillo visto para evitar accesos indeseados...

Calle San Andrés. Viviendas de dos plantas, fachadas ennegrecidas y ciertos aires rústicos.

Cuéllar. Plaza de San Andrés. Esta edificación de dos plantas, que recurre a la madera y el adobe, sostiene un estilo constructivo en medio de otras construcciones mucho más modernas.

El ascendente otro extremo de la calle Barrera que vimos anteriormente...

Arco o Puerta de San Andrés. También datado en el siglo XII, de este acceso al segundo recinto defensivo de la ciudad destaca la representación equina del escudo de la misma que se aprecia en la parte superior.

Puerta de San Andrés. El escudo de Cuéllar.

Vivienda ubicada ante la unión de las calles La Magdalena (izquierda) y San Esteban (la ascendente que aquí vemos, con la iglesia homónima allí arriba).

La iglesia de San Esteban, a la que regresaremos posteriormente por el otro lado, contemplanda desde la calle homónima. Desde luego la elección de su emplazamiento es geoestrategia pura.

Cuéllar. Caminando por la calle El Estudio.

Cuéllar. Oficina del Servicio Público de Empleo, de estética peculiar desde luego nada funcional. Ubicada en la calle Magdalena.

Capilla de la Magdalena, una fundación del siglo XV de la mano del arcediano Gómez González que sobrevive hoy en día en la calle homónima junto al hospital del mismo nombre.

La gótica capilla de la Magdalena, con una imagen de la virgen "afortunada" ubicada en una hornacina y la heráldica de los Duques de Alburquerque debajo.

Los capiteles decorativos de las arquivoltas del acceso de la capilla de la Magdalena.

Pequeña campana de la capilla de la Magdalena. Uno de los campanarios más modestos que jamás hayamos contemplado.

Cuéllar. El arranque de la calle San Julián.

Cuéllar. Calle Colegio, naciendo en la plaza del Mercado del Pan. Este edificio de tres alturas, del que desconocemos usos pasados, es realmente atractivo a la vista.

Cuéllar. Calle Colegio. Palacio de Pedro I. Construido entre los siglos XIII y XIV, con presencia de elementos románicos, góticos y mudéjares, este palacio se cimentó sobre una casa solariega de la familia Velázquez de Cuéllar. Mediado el siglo XIV su Corte se instaló en Cuéllar con el monarca castellano al frente. Pedro I para unos era "el cruel" y para otros "el justo". Su madre, María de Portugal, tenía en los Alburquerque asesores de plena confianza y eso también explicaría de alguna forma su presencia en una villa en la que también se llegaría a casar con una viuda Juana de Castro. El apoyo de los Alburquerque no sería eterno, como nos cuenta la historia.

La torre del Palacio de Pedro I; considerado el mejor ejemplo de palacio civil de estilo románico existente en toda España, y protegido desde 1974, durante el siglo XX llegó a albergar una fábrica de achicoria. Hoy en día, propiedad del ayuntamiento, alberga instalaciones culturales y el vivero de empresas municipal.

El palacio de Pedro I, el lateral que da allí donde la calle Solana Alta vierte en la calle Colegio.

Calle Colegio. Estamos en una zona caliente del centro urbano de Cuéllar y tan pronto se alternan las edificaciones ocupadas o al menos cuidadas con esmero con las vacías o que no transmiten vida alguna.

Cuéllar. Calle Colegio. Un balcón muy floreado.

Cuéllar. Calle Colegio. Contrastes.

Cuéllar. Edificios de tres alturas (que a la vista parecen seguir ciertos cánones historicistas) en el entorno de la Plaza Mayor.

Cuéllar. Plaza Mayor. En este espacio urbano irregular (por eso de encontrarse en ligera pendiente) encontraremos algunos soportales, tan típicos en tierras castellanas. Al fondo, la calle San Julián. A la derecha, la iglesia arciprestal de San Miguel; y en ella, un curioso remate para la torre del campanario.

Edificios en la Plazaza Mayor de Cuéllar.

Cuéllar. Ayuntamiento. Este edificio, que en otro tiempo también tuvo un uso como cárcel (la Cárcel Vieja), cuenta en su interior con un hermoso patio renacentista, reflejo de los orígenes del mismo: y es que su exterior, y buena parte de sus dependencias en sí, bebe de una gran labor de reforma que tuvo lugar a finales del siglo XIX.



Cuéllar. Plaza Mayor. Iglesia de San Miguel, de corazón gótico y presencia ecléctica por contar con elementos románicos, góticos, mudéjares y renacentistas. Cuentan que en ella se instaló el primer reloj de torre de toda España, allá por 1395. La pugna existe entre Cuéllar, Valencia, Barcelona y Sevilla y se remonta al siglo XV.

Tomado por negocios hosteleros, estamos ante uno de los rincones más pintorescos de la Plaza Mayor de Cuéllar: el protagonizado por estas viviendas de estética popular.

Otra vista, efecto ojo de pez, sobre la iglesia de San Miguel y esas instalacciones adjuntas llenas de añadidos y enmiendas...

Calle Santa Cruz...

Callejuela descendente en el casco viejo de Cuéllar...

Calle Santa Cruz. Grandes edificios de tres alturas, hechuras lujosas y abandonos (o descuidos) más que evidentes...

Calle Santa Cruz. Detalle de forja en una vieja puerta de madera.

Calle Santa Cruz. Curioso relieve escultórico en el lateral de una vivienda...

Una niña afronta la escalinata de la "peatonal" calle de las Excadenas...

Una buena metáfora de estos tiempos modernos nos la da esta librería cerrada a cal y canto en la calle Santa Cruz...

En la calle homónima, el Palacio de Santa Cruz, antigua propiedad de la familia Bazán que fue levantado en el siglo XVI.

Punto de encuentro de las calles Santa Cruz, Carchena y Herreros, una zona en la que en otro tiempo se encontraba otra de las puertas de la ciudad y aún pueden verse restos de las murallas en este punto de su casco urbano. Allí hay un par de negocios hosteleros entre los que se encuentra el Burguer Piscis. Nuestra experiencia en él también fue muy satisfactoria.

Los comentados restos de las murallas, recuperados en plan "monumental-memorial-testimonial". Calle Herreros.

Cuéllar. Antiguo Bar San Francisco, frentea los paseos del mismo nombre.

Cuéllar. Paseos de San Francisco. Zona verde urbana extramuros rodeada de edificios singulares: aquí, el convento de la Concepción...

Monumento a los encierros. En Cuéllar se organizan los considerados "encierros más antiguos de España", datados en el siglo XIII y organizados a finales de agosto. Este monumento de bronce ha sido propuesto en alguna ocasión para una mudanza hacia otra ubicación.

Cuéllar. Fachada del convento de Santa Isabel, también (y más popularmente) conocido como convento de Santa Ana. Fundado por una hija del tercer Duque de Alburquerque allá por 1571.

Cuéllar. Paseo de San Francisco. El (habitual en estos espacios urbanos) kiosko musical.

El abandonado convento de San Francisco, del que pocas estancias y apenas su fachada sobreviven en pie tras unos últimos años en activo como sede de una industria harinera... Con raíces en el siglo XIII, el conjunto que nos ha llegado a nuestros días bebe del afán de la casa de los Alburquerque por convertirlo en el lugar de enterramientos familiar. Que se sepa, y así se informa en guías turísticas, algunos elementos que formaron parte de su interior se reparten entre el madrileño Soto de Viñuelas, entre la catedral de Segovia y entre un museo de Nueva York.

Convento de San Francisco.

Cuéllar. Paseo de San Francisco.

Cartelería publicitaria de temática taurina, fundamentalmente, en la calle Las Parras. Esta vía, en leve cuesta, es una de la que atraviesan los afamados encierros municipales...

Cuéllar. Calle Las Parras. Bar La Española. Rótulos vintage...

Deportes Olalio, en la calle Las Parras. Cada vez quedan menos de esos rótulos pintados que anuncian negocios de bicicletas... ¡Larga vida a estos!

Ábside de la iglesia de San Pedro, un templo que hace algunos años ya no alberga actividad religiosa y que sin embargo aparece en documentos de finales del siglo XI. Nada menos. La iglesia se adaptaba a la perfección tanto al desnivel del terreno como a las necesidades de integrarse en el sistema defensivo de la Cuéllar medieval, lo que condiciona su aspecto y le confiere un innegable aire de fortaleza. Una marcada personalidad visual ante la llamada plaza de los Coches.

Ábside de San Pedro. Detalle con efecto ojo de pez...

Cuéllar. Antigua iglesia de San Pedro, un templo curioso por su ubicación en una pendiente y la solución para afrontarla, pensándola como una parte más de una muralla. Un templo interesante por ese maravilloso ábside que nos recibe en esa plaza de los Coches que forman las calles San Pedro, Ávila, Resina y Parras: zona de fiestas y encierros. Y además, interesante porque se trata de un establecimiento hostelero que de día es café y de noche pub. O era, porque tras siete años echó el cierre en octubre de 2014.

Iglesia de San Pedro. Detalle del ábside de un templo volcado hacia el flanco sur de la muralla de la ciudad. Con su presencia en documentos de finales del siglo XI, estamos ante el templo más antiguo de Cuéllar.

San Pedro, parte de ella, fue durante un tiempo La Cúpula de San Pedro...

San Pedro. Desde las calles San Pedro y Los Hornos se aprecian otros usos y nuevas soluciones sobre lo que en otro tiempo fue el templo...

Cuéllar. A la izquierda, San Pedro. A la derecha, el Palacio de Justicia, asentado en la Casa de los Rojas o, más popularmente, Casa de las Bolas por los adornos exteriores.

Las bolas que bautizan la denominación "Casa de las Bolas" y también un negocio hostelero vecino en esa misma calle San Pedro.

Ascendente calle San Pedro, antesala de la plaza Mayor de Cuéllar. La torre de la iglesia de San Pedro, contemplada desde un bolardo ornamental del perímetro histórico del Palacio de Justicia.

Calle San Pedro. Casa de los Velázquez del Puerco; a esta familia pertenecía, por ejemplo, el primer gobernador de Cuba: Diego Velázquez de Cuéllar.

Cuéllar. Calle San Pedro, número 18. Bollería Helio, fundada en 1949.

Cuéllar. Calle San Pedro. Bollería Helio.

Cuéllar. Arquitectura popular en el nacimiento de la calle Carchena.

Cuéllar. Parte trasera de eficios cuyos accesos se encuentran en la calle Santa Cruz. La foto, tomada desde la calle San Pedro aprovechando un pequeño descampado.

Cuéllar. Ascendente calle La Morería.

Cuéllar. Fachadas elegantes en la calle Santa Marina.

Cuéllar. Plaza de Santa Marina, a los pies de la torre homónima que es el último vestigio de una iglesia ya desaparecida cuyo lugar ha sido ocupado por una vivienda particular. El entorno de esta plaza, con esa vieja fuente (que originalmente estaba en la cercana Plaza Mayor), es realmente atractivo.

Cuéllar. Los antiguos cines.

Cuéllar. Zona de escaleras al final de la calle Santa Marina. Al fondo se intuye la iglesia de Santa María de la Cuesta.

La esbeltísima torre-campanario de Santa María de la Cuesta, otro de los tesoros mudéjares de Cuéllar y oriunda del siglo XIII.

Cuéllar. Calle La Serranilla. Tremenda cuesta con altos porcentajes.

Cuéllar. Calle La Serranilla. Su trazado describe un par de curvitas y en la primera encontramos, adosada a la pared, una pequeña y vieja fuente, acaso arrancando el líquido elemento de este cerro en el que se asienta.

Cuéllar. Calle La Serranilla.

Cuéllar. Pasada la biblioteca municipal, una biblio rodeada de grandes pendientes, llegamos a este espacio urbano conocido como plaza del Campo. También aquí emergen un par de edificaciones de hechuras antiquísimas y detalles heráldicos.

La torre de Santa Marína, vista desde la plaza del Campo...

Alta densidad poblacional de palomas en la torre de Santa Marina.

Unas escalinatas cercanas a la plaza del Campo nos permiten alcanzar con presteza el Arco de Santiago. Esta puerta, muy restaurada en el marco de la recuperación de la muralla, regala interesantes vistas sobre el llamado Mar de Pinares...

Esta Puerta de Santiago, muy restaurada en el marco de la recuperación de la muralla, regala interesantes vistas sobre el llamado Mar de Pinares...

Las vistas en cuestión son de este estilo y hablan por sí mismas...

Cuéllar. El Mar de Pinares. Vistas desde el Arco de Santiago.

Vecino del arco, encontramos este ábside de la desaparecida iglesia de Santiago. Apenas quedan unos restos en pie que han sido adecentados como espacios urbanos de paso.

Abandonamos el entorno del ábside de Santiago por otra escalinata... Abundan los escalones en esta parte de la ciudad de Cuéllar.

Cuéllar. Calle de la Morería. Caminamos junto a las enormes instalaciones de La Panera, Casa del Duque de Alburquerque destinada fundamentalmente (pero no solo) al almacenaje del grano.

El icónico Arco de San Martín, paso bajo las murallas hacia la Cuéllar alta del primer recinto defensivo.



La iglesia de San Esteban, por cuya otra vertiente caminamos con anterioridad y que en este lado tiene en sus proximidades tanto un pequeño mirador como una zona donde se exhiben restos de tumbas humanas.

San Esteban. Uno de los iconos de Cuéllar y con una ubicación privilegiada y geoestratégica. Ha disfrutado de unas importantes labores de restauración.

San Esteban. El ladrillo alcanza cotas altas de belleza aquí.

Las tumbas antropoformas del entorno de San Esteban...

Una vivienda privilegiada: es vecina de San Esteban y se ubica en un espacio urbano que ha sido remozado.

Cuéllar. Estudio de Gramática. O lo que se conserva de la gran institución educativa nacida en el primer tercio del siglo XV por el empeño del arcediano Gómez González. Y es que este Estudio llegó a tener unas instalaciones mayores.

Hermosa, por pintoresca, vivienda de aires tradicionales ubicada fente al Estudio de Gramática, en pleno nacimiento de la calle Arco de Santiago.

Cuéllar. Arco de San Martin, Estudio de Gramática y acceso a la plaza del Estudio.

Remontando la calle El Palacio pronto llegaremos a la iglesia de San Martín y a los alrededores del castillo. Es la parte más alta de la ciudad.

Frente al castillo, en la plaza del Castillo, la iglesia de San Martín. Un antiguo templo con raíces en el siglo XIII que ha sido recuperado para albergar un museo temático del arte mudéjar. Vivió años oscuros de abandono y desidía. Y su campañario no puede olvidar del todo las consecuencias.



Cuéllar. Segovia. Castilla y León. Castillo-Palacio de los Duques de Alburquerque que, además, parcialmente también acoge las instalaciones del I.E.S. Duque de Alburquerque. Esta tremenda fortaleza, de la que se tienen referencias desde un siglo antes, pasó a mediados del XV, y por designación real de Enrique IV, a manos de Beltrán de la Cueva. La verdad es que es un castillo de gran presencia visual, protagonista en cualquier contemplación, y seguramente uno de los que tenga un aire más europeo de todos los existentes en Castilla.

Cuéllar. Accesos a su castillo. Un pequeño bastión para el Ducado de Alburquerque. En esta zona se concentran los restos más antiguos de todo el castillo, de los que se especula que pertenecen al siglo XII.

Llamativo y macizo Torreón del Homenaje, un engranaje del complejo sistema defensivo de esta fortaleza.

Castillo de Cuéllar. Detalle de sus accesos. Estamos ante todo un monumento nacional desde 1931.

Interior del castillo. A la izquierda, la oficina de turismo, ubicada bajo el Torreón del Homenaje. Enfrente, el acceso al centro educativo.

Cuéllar. Detalle heráldico de los accesos: castillos y leones coronados.

Cuéllar. Macizos muros que, no obstante, no se salvaron de la amenaza de ruina por culpa de varias décadas de abandono. Esta fortaleza también fue residencia, sede temporal de la Corte, cuartel general y hasta prisión.

Cuéllar. Caminando por el interior del castillo. Muros antes de ser restaurados.

Cuéllar. Interior del Castillo-Palacio de los Duques de Alburqueque. Restos de pétreos muros (antes de la restauración).

Cuéllar. Ecléctico castillo el suyo, con toques renacentistas, góticos y hasta mudéjares.

Cuéllar. Ecléctico castillo el suyo, con toques renacentistas, góticos y hasta mudéjares. La parte posterior de la fortaleza, vista desde el acceso a las murallas.

Un amigo canino, curioso él, nos despide a las afueras de Cuéllar, en una zona de naves industriales.


[junio de 2004]
[abril de 2008]
[septiembre de 2016]