Festas do Povo de Campo Maior: las Fiestas de la Flores que requieren toneladas de papel


Campo Maior. En el pasado hemos abordado esta población portuguesa cercana a la frontera con España a través de Badajoz, tan cercana que el bilingüismo de un altísimo porcentaje de sus pobladores es tan evidente como el flujo bidireccional de tránsitos y comercios. Campo Maior es la capital del café, cosas de sus industrías más potentes, y cada cierto tiempo, sin periodicidad fija y desde 1893, organiza una curiosa y pintoresca fiesta que nace del propio pueblo y mueve toneladas de papel, hasta 30 en este 2015: las Festa do Povo o la Fiesta de las Flores. Decenas, u holgadamente un ciento y pico, de calles se engalanan con adornos de papel elaborados por los vecinos. Adornos que desafían las lluvias, que mutan en sus matices con los amaneceres, con los calores del mediodía alentejano y con las noches; adornos que requieren periódicos ajustes y un esfuerzo importante. La cada vez más numerosa presencia de público, pues las flores atraen muchos visitantes de todo Portugal y toda Europa, hablamos de casi un millón en total, ha provocado que los intervalos entre celebración y celebración se acorten en los últimos tiempos: Desde 1989, seis ocasiones (1989, 1995, 1998, 2000, 2004, 2011). E incluso, desde 2015, con un importante despliegue para cerrar el pueblo, que se cobre una entrada de 4 euros por persona adulta (antes, solo el aparcamiento). Mucha gente (española) nos ha manifestado su pesar por este hecho, pero la tarifa nos parece un tanto simbólica en la medida que un porcentaje irá a las obras sociales benéficas locales que los precios hosteleros dentro no varian (sorprendentemente) y que dan derecho a entrar gratis en todos los museos de la ciudad; además, permitirá cuantificar mejor el número de visitantes [Mapas Vía Michelín]

Campo Maior. Uno de los aparcamientos preparados para la edición de 2015, la primera en cuatro años. Ahora gratuitos. El interés de Campo Maior en lograr un reconocimiento de la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad les hizo redoblar sus esfuerzos de cara a una cita que necesitó del concurso de miles de agentes de policía envíados de otras partes de Portugal. Hasta las empresas del grupo empresarial Nabeiro facilitaron la organización cediendo trabajadores. Según nos contó un voluntario, todos los que colaboran (7.500 voluntarios, casi la población de Campo Maior) reciben una cantidad económica por día en función de su cometido. Y las fiestas se extendieron entre el 22 y el 30 de agosto.

Campo Maior. Acercándonos a su recinto abaluartado, reflejo de viejas rencillas bélicas, por la Porta da Vila o de Santa María.

Campo Maior. Campos circundantes. Y al fondo, Badajoz; España. La capital pacense (como muchos alrededores campomaiorenses) sale muy beneficiada de estos festejos por una razón obvia: la capacidad hotelera de una población de 9.000 habitantes no es la misma que la de otra de más de 150.000. Badajoz disfrutó de hasta un 85% de sus camas ocupadas. Y muchos de ellos portugueses del interior.

Campo Maior. Las novedosas taquillas, donde se adquiere la pulsera adhesiva para acceder al pueblo y que es válida para todo el día (pudiendo entrar y salir si es necesario y sin coste adicional; y existiendo bonos). En plan festival, vamos. Las Festas do Povo tienen un punto inspirador en las Festas dos Tabuleiros de Tomar y con los años han variado su fecha de celebración, adelantándola, para huir de las lluvias de finales de septiembre.

Porta da Vila de Campo Maior. Uno de los accesos posibles al pueblo y a las Festas. Desde luego, el más monumental por cercano al entramado urbano más añejo y genuino.

Porta da Vila. Esbozando lo que nos vamos a encontrar durante más de diez kilómetros de calles, una recepción ambientada en temáticas bodegueras con nombre propio: Adega Mayor es una firma del grupo empresarial Nabeiro y su sede fue concebida por el escultor Álvaro Siza. Hay que señalar que cada calle participante elige un tema sobre que el que versará su decoración de papel y cartón. Una temática que se mantiene en secreto (y nos consta que se respeta) hasta el momento de la "noite da enramação”, la noche en la que se colocan todas las techumbres de papel... y demás adornos.

Porta da Vila. Interior. Y al otro lado, la Rua Direita.



Rua Direita. Todas las calles engalanadas cuentan con un hilo musical amenizado por la radio local donde se alternan los fados, los cánticos alentejanos y las entrevistas a visitantes de toda Europa. Claro, mucho español y mucho más portugués. Las cubiertas de papel mitigan muchísimo la dureza del sol alentejano.

Rua Direita. Las Festas do Povo tienen cada año (cada año que no hay las 'gordas') una pequeña muestra de su esencia en el entorno del Jardim Principal. Nada comparable a la realidad, por supuesto. En los últimos días de la edición 2015 se conoció el proyecto de creación de un museo temático, un proyecto cuya puesta en marcha reunirá 1,6 millones de euros y que posiblemente se ubique también en el Museu Aberto.

Rua Cinco do Outubro, que en su parte inicial forma un "largo", una plazuela aforma. Al fondo, el convento de Santo Antonio.

Rua Cinco do Outubro. Decoración de temática mariana. Al fondo, el convento de Santo Antonio.

Campo Maior. Convento de Santo Antonio. Detalle ornamental de su fachada.

Campo Maior. Convento de Santo Antonio. Interior. Altar.

Campo Maior. Convento de Santo Antonio. Una, acaso la más atractiva, de sus capillas.

Campo Maior. Convento de Santo Antonio. Ventanal-tragaluz.

Campo Maior. Convento de Santo Antonio. "Por favor, no introduzca notas". Las peticiones, con efectivo.

Campo Maior. Convento de Santo Antonio. Ornamento escultórico en mármol sobre uno de sus confesionarios.

Campo Maior. Rua Direita. Temática bodeguera.

Campo Maior. "Triple protección" gracias al merchandising que algunas firmas colaboradoras reparten de manera gratuita en el (veremos después cómo está) Jardim Principal.

Rua da Soalheira.

Rua da Soalheira. Decoraciones con versos alusivos a una fiesta que motiva máximas como ésta: Campo Maior es el único pueblo donde las rosas florecen cuando los vecinos quieren. Abunda el “cantar às saias”: coplillas alusivas que incluso se recitan duranta la elaboración de los adornos.



Rua da Soalheira. "No hay ningún concurso para evitar roces entre paisanos. Pero los campomairenses sí compiten en imaginación y entusiasmo", narraba Ascensión Martínez Romasanta para El Periódico de Extremadura.

Rua da Soalheira. Aquí nos movemos bajo sombreros y ornamentos típicos del folklore regional...

Rua da Soalheira.

Vecinos reparando un tramo en el "enlace" entre la rua da Soalheira y la Rua de Santa Beatriz da Silva. Los campomaiorenses viven su fiesta no ya como meros empleados de mantenimiento, hacen vida en la calle y disfrutan de comidas y bebidas.

Festas do Povo. En un rincón cualquiera...

La rua Vasco Romao no participa como otras, pero muchos de sus inquilinos han aportado su grano de arena a las Soalheira y Santa Beatriz da Silva. No obstante, aquí dejan su pellizco floral.

Campo Maior. Aglomerado urbano visto desde la calle Vasco Romao.

Una "menina" camina por la rua de Santa Beatriz da Silva, que toma su nombre de una (teóricamente) nacida en el pueblo y en esta misma calle; su casa-museo se puede visitar y, recuerden, todos los museos son gratuitos con la entrada.

Rua de Santa Beatriz da Silva. Una vecina se asoma desde la puerta de su vivienda. Con tanto tráfico no va a dar a basto la mujer...

Vistas de la rua do Poço.

La Rua do Poço.

Rua de Santa Beatriz da Silva. Flores y marcos.

Rua de Santa Beatriz da Silva. "Bóvedas frágiles y túneles efímeros", en palabras de Ascensión Martínez Romasanta en El Periódico de Extremadura.

Rua de Santa Beatriz da Silva. Una enlutada vecina observa a los paseantes apoyada en la parte inferior de la puerta de su vivienda, dividida en dos tramos.

Rua de Santa Beatriz da Silva.

Campo Maior. Confluencia de las ruas Santa Beatriz da Silva (derecha) y la empinadísima General Rodrígues da Costa.

Rua General Rodrígues da Costa. Mucho público disfrutando de una de las calles más bellas (en estas fiestas) y pintorescas de Campo Maior. Las Festas son tan mediáticas en Portugal que toda la alta esfera política del país luso se da su paseíto campomaiorense, con sus respectivos canutazos para radios y televisiones.

Rua General Rodrígues da Costa.

La Plaza Vieja (Praça Velha), la parte más alta de Campo Maior, también se engalana. Y esto incluye las paredes de antiguas instalaciones militares, hoy espacios municipales, ubicadas en el perímetro de su castillo.

Reparando los "setos" en la Praça Velha.

La Praça Velha, con algo de perspectiva gracias a las escaleras de acceso a una vivienda.

Castillo de Campo Maior. Ni "lo rosa" ni los mosaicos son originales: son fruto de las Festas do Povo.

Desde la Plaza Vieja varias callejuelas salvan la pendiente y descienden hacia el entorno del Largo da Barata. La rua da Aldeia de Pastor es una de esas calles.

Rua da Aldeia de Pastor, posiblemente en nuestro top-3 de preferencias.

Rua da Aldeia de Pastor.

Rua da Aldeia de Pastor. "«Los que somos de aquí, nos hemos encontrado con esto, pero las fiestas han cambiado mucho». Los 70 años de vida de José le permiten echar la vista atrás y recordar cómo eran estas celebraciones durante su infancia. «Las calles se decoraban con periódicos viejos. Utilizábamos ediciones antiguas de A Bola y de Século para hacer las flores. Ahora todo es distinto, todo el material lo da la asociación»", explica un testimonio en este artículo de Miguel Veríssimo para Hoy.

Rua das Cavalariças. Decorada con cuadros inspirados en rosas y acompañados de versos...

Rua das Cavalariças en blanco y negro. Un vecino.

Rua das Cavalariças. Contrastes.

Rua das Cavalariças. Una rosa es una rosa.

Rua das Cavalariças. Cerca de una pequeña plazuela, o largo, que se abre en su parte final.

Rua das Cavalariças. Una fuente de papel con todos los detalles. 

Rua das Cavalariças. Un vecino no ha dudado en que su garaje interactúe con la fiesta: dentro, también con adornos, lee el periódico sentado en un sofá.

Rua das Cavalariças. La torre del homenaje del castillo, vista a través de los adornos de papel.



Abandonamos un momento la rua das Cavalariças, y con ello una calle engalanada, para ver el castillo desde el ángulo que nos aporta la rua do Castelo.

Acceso a la rua da Costanilha Alta. Damos fe de que las tres personas del centro de la composición son españoles. Y de Badajoz. Y con orígenes en un pueblo de la Comarca Sierra Suroeste...

Largo da Barata. Esta plazuela, donde se encuentra por cierto la oficina de turismo municipal, alberga el Museo Aberto y el Lagar Museu do Palácio Visconde d´Oliva. Además, cuenta con varias pastelarias donde tomarse un tentempié.

La rua da Costanilha Alta, cubierta por una densa decoración, vista desde el Largo da Barata. Curioso.

Largo da Barata.

Largo da Barata. Leemos en un reportaje de Miguel Veríssimo en el Hoy un pasaje muy explicativo: "«Las Festas do Povo no se hacen con un periodo regular porque cansan mucho a la población. Todo el pueblo se ve envuelto desde febrero hasta agosto», explica [Joao] Rosinha. Para que haya fiestas, el pueblo tiene que estar dispuesto a protagonizar un tremendo esfuerzo colectivo. «Hay que dejar que se recupere la ‘saudade’ (añoranza) de la fiesta. La última vez que se hizo fue en 2011, así que la gente ya la echa de menos», asegura".

Rua da Lagoa.

En el Largo da Barata, recreación de una fuente bautizada como "Fonte da Barata".

El Museo Aberto, ubicado en la antigua Casa do Assento (la de la hermosa fachada), visto desde la terraza de un negocio hostelero.

Tomando una bifana (bocadillo de carne de cerdo adobada o con salsa, según sitios) y una Sagres... Siempre nos encantó esta aseveración del blog TodoPortugal: "Para mí que los portugueses inventaron lo que ahora se llama fast-food".

Largo da Barata. 

Flores y ornamentos en el Largo da Barata.

Rua de Sao Joao.

Hasta las callejuelas más recónditas se suman a los festejos. Ésta es una vía paralela al Largo da Barata que nace en la calle San Juan y que conecta con la primera a través de una arcada encalada que tiene un altar religioso en un lateral. Todo ya fue expuesto aquí en su día.

Largo da Barata.

Largo da Barata. Una niña observa cómo caen las gotas de los caños en la estructura principal de esta vieja fuente.

Largo da Barata.

Lagar Museu, en el arranque de la céntrica rua Olivença.

Rua Olivença.

"Bem vindos ao Laranjal". Preciosa decoración la de este callejón vecino de la Rua Olivença.

Rua Visconde Seabra. Temática molinera.

Rua Oliveça. El trabajo que conllevan estas fiestas es evidente. Puro voluntariado que se compagina con las obligaciones del día día. Un exprimir la jornada, en suma. En este magnífico reportaje publicado por Público, una vecina cuenta que al final tienen que imponerse un ritmo mínimo de 500 flores al día por persona para poder llegar a tiempo a la noche de 'enramação'.

Y en la confluencia de las calles Olivença, General Rodrígues da Costa y 1.º de Maio... La gallina es de papel y acabaría con un platito recibiendo monedas, cual Fontana de Trevi.

Los adornos blancos de la techumbre de la rua 1.º de Maio, vistos a través de los azules de los de la rua General Rodrígues da Costa.

Calles Olivença (izquierda) y 1.º de Maio (derecha). Aquí hay un par de colmados que tiene bollería de primera y hacen bocatas generosos. Y económicos.

Flores de bienvenida en la 1.º de Maio.

Rua 1.º de Maio.

Rua 1.º de Maio. Dos vecinos se animan con la música.



Largo doctor Regala. La terraza del restaurante O Faisao gana mucho con esta cubierta casi circense.

Temática de girasoles en la rua Estreita.

Los entornos de la Igreja Matriz do Nossa Senhora da Expectaçao no podían faltar a la cita. Y eso incluye la no tan conocida, seguro que ahora mucho más, Capilla de los Huesos, a la que se accede por aquí.

Capela dos Ossos. Ventana desde la que se pueden observar los "materiales" constructivos de un interior que ya abordamos en el pasado aquí.

Una joven elabora pequeños ramos de flores de papel para la venta como recuerdos. No son pocos los jóvenes, y no tanto, que fabrican flores y construyen ramos con el fin de venderlos a los turistas. Los encontrarán a lo largo de todo el recorrido y cada uno tiene su estilo. Y su precio: 3, 4, 5 euros...

Los entornos de la Igreja Matriz do Nossa Senhora da Expectaçao.

Los entornos de la Igreja Matriz do Nossa Senhora da Expectaçao.

Rua Maior Talaya, una de las calles más importantes del centro de Campo Maior y realmente prolongación de la rua Direita por la que entramos al casco urbano.

Plaza de la República (Praça da República, antigua plaza de Luis I), corazón administrativo de esta urbe y sus freguesías por la presencia del ayuntamiento.

El Pelourinho de Campo Maior preside el centro de la plaza y está hecho, dicen, con mármol de Estremoz. Durante muchos años estuvo en un museo municipal de la cercana Elvas, donde llegó con motivo de unos trabajos de reforma que mutaron en un "aquí no los quedamos", pero regresó a su lugar de procedencia mediado el siglo XX. Sobre la esfera, una representación de la Justicia que evoca uno de los usos que tenía este elemento constructivo: el de lugar donde aplicaban castigos y penas a los reos.

El ayuntamiento de Campo Maior, con su escalinata elegante. La edificación que alberga los Paços do Concello, del siglo XVII, no llegó a quedarse como inicialmente había sido prevista. Y en algún lado hemos visto que llegó a ser instalación militar.

La praça da República, antigua praça de Luiz I. Una engalanada vista desde el acceso superior al ayuntamiento de Campo Maior.

Praça da República, antigua praça de Luiz I. Vivienda.

Bocada da Praça, calle que apuesta por una decoración de inspiración periodística gracias al empleo de páginas de diarios lusos. De alguna forma, dado el uso antiguo de estos papeles en la elaboración de adornos como materia prima accesible y barata, es como un homenaje al pasado de las fiestas.

Esta flor enjaulada que adorna la descendente Bocada da Praça es un homenaje al artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: el fondo del "recinto", de hecho, recoge en idioma portugués el enunciando de este artículo sobre la libertad de opinión y expresión.

Una metáfora visual del panorama periodístico actual: flores negras sobre páginas de diarios.

Rua General Magalhaes. Un fotógrafo capta una instantánea en esta vía adornada con motivos de viñedos y vendimias.

Parras de papel en la rua General Magalhaes. El nivel de detalles y el número de calles implicadas invita bien a aprovechar la jornada bien a afrontar un par de días (también se vendían bonos de dos jornadas en las taquillas).

Rua General Magalhaes. Pisando la uva y pidiendo una ayudita, que la cosa está muy mala. Un poco de humor.

Rua General Magalhaes. Pájaro de papel.

Un visitante se hidrata bajo el manto de flores de la calle Maior Talaya. En los folletos que sirven como hoja de ruta turística se incluye un apartado de consejos donde no falta el recordatorio de que hay que beber. Están en todo estos campomaiorenses.

Chumbera de papel en el arranque de la calle 13 de Dezembro.

Calle 13º de Dezembro. Teresa, una campomaiorense en declaraciones a Público cuenta: "É uma emoção estares debaixo do papel, com a música a tocar, o som do vento... Podes ver fotos mas a sensação de andares ali debaixo é completamente diferente, esqueces-te de tudo".

Nos encontramos en el nudo entre las calles 13º de Dezembro, Maior Talaya, Doutor Luis Abranches y Capitao Manuel Antonio Vieira. Zona de mucha gente. El número de turistas ha crecido mucho con motivo de estas fiestas (y no nos atrevemos a hablar de masificación porque no la sentimos como tal), pero los campomaiorenses siguen manteniendo su enorme hospitalidad. Ojalá la masificación no la vicie. Mucho vecinos te lo dicen: el premio para ellos es la visita y el disfrute. Y no pocos abren las puertas de sus casas a amigos y familiares. Música, comida y bebida... y colchones por los pasillos para acoger a los visitantes más cercanos.

Capitao Manuel Antonio Vieira. Una calle con mucho corazón.

La cubierta floral de la calle Capitao Manuel Antonio Vieira. Estamos muy cerca del Jardim Principal, centro urbano oficioso y verde de Campo Maior.

Escultura dedicada al comendador Rui Nabeiro. El padre del sector cafetero de Campo Maior y antiguo alcalde, que a sus 81 años seguía al frente del conglomerado empresarial. Posiblemente uno de los veinte hombres más ricos de Portugal. "Con el café crecí y me hice hombre", declaró en su día.

Largo dos Carvajaes. Arranque de la Rua 1º de Maio. Edificio de aires palaciegos y accesos hermosamente ornamentados.

"La fiesta es de las flores; el aroma, del café". El lema publicitario de Cafés Delta, una de las principales firmas colaboradoras con la Festa do Povo que por ello tiene un generoso espacio para instalar su "stand" y repartir merchandising.

Jardim Principal de Campo Maior. El templete para música tras una escultura de Santa Beatriz de Silva, portuguesa de nacimiento (se ha especulado con un origen de Ceuta, también bajo dominio luso en el siglo XV), española de defunción y fundadora de la Orden de la Inmaculada Concepción.

Puesto de comida rápida en los alrededores del Jardim Principal. Una "Hamburgaria" (hamburguesería) rodante que entre otras cosas oferta Bolo do Caco.

Jardim Principal. Las Festas do Povo no sólo son flores de papel, también cuentan con una generosa oferta cultural con actuaciones musicales y teatrales en la calle. Aquí, una obra de colegiales campomaiorenses donde aluden al origen de las fiestas.

Jardim Principal. Imagen tomada junto al estanque donde habita en solitario un esbelto cisne. Sobre las copas de los árboles se intuyen las torres del templo principal de Campo Maior. La foto es de dos días antes del arranque de las Festas do Povo 2015, que se celebraron entre el 22 y el 30 de agosto.

"La fuerza del pueblo". La foto es de dos días antes del arranque de las Festas do Povo 2015, que se celebraron entre el 22 y el 30 de agosto. Intensos días de montajes y organización.

Avenida da Libertade. Sucesión de puestos de artesanías, manualidades y productos agroalimentarios.

Hermosas casas rodean el Jardim Principal por su flanco oriental.

Rua doctor Tello da Gama. Estamos en el Campo Maior "nuevo", el ensanche de la ciudad más "viejuna".

Rua doctor Tello da Gama. Un vecina de blusa floreada, entre flores.

Rua doctor Tello da Gama. La brisa, agradable por la amortiguación que las techumbres de papel hacen sobre el sol alentejano, agita las flores y genera un campanilleo suave y dulcemente amortiguado.

Rua doctor Tello da Gama.

Rua doctor Tello da Gama. Este tramo en directo es impactante.

Temática taurina en la rua Joao de Deus.

Temática taurina en la rua Joao de Deus.

Temática taurina en la rua Joao de Deus. Representación de un forçado.

Temática taurina en la rua Joao de Deus. Un rejoneador. Muchísimo curro. Y llegados a este punto, también una observación: en algunas redes sociales leímos quejas de portugueses, ignoramos su origen concreto, por la tendencia de muchos españoles a coger y arrancar flores para guardárselas como recuerdo; y ya saben, que si de España ni buen viento ni buen casamiento y todo eso (que no se estila mucho en una Raia porosa y bidireccional)... Lamentable actitud que vimos, sí, pero en españoles y en portugueses. Este caballo estaba acompañado por un cartel de "No tocar por favor" que ignoraron adrede muchos visitantes lusos (deducción idiomática) con los que coincidimos. Ergo, a grandes masas...

Toro de lidia.

Rua de Badajoz.

Rua de Badajoz.

Rua de Badajoz, pero el tramo siguiente tras cruzar la calle Calouste Gulbenkian (que fue el Thyssen de Portugal, por resumir la biografía de este ilustre adoptivo del país vecino).

Rua de Badajoz.

Rua de Badajoz.

Rua de Badajoz.

Rua de Elvas (izquierda) y rua Doctor Afonso Costa (derecha).

Rua de Elvas.

Rua de Elvas. Al fresco...

Rua de Elvas.

Rua de Elvas. Un perro descansa bajo las mesas instaladas por unos vecinos. Al anochecer, cenas al aire libre muy festivas. 

Rua da Moagem. De calabazas y otras hortalizas...

Travessa de Lisboa. Y por tanto, temática lisboeta.

San Antonio de Padua es el patrón de Lisboa, capital del país sobre la que hablamos en el pasado con más profundidad, y en una calle "lisboeta" no podía faltar un altar referencial de papel...

Travessa de Lisboa. Se muestran unos vestuarios ganadores en una marcha acaso carnavalera. João Rosinha, cabeza visible de la asociación que coordina e impulsa las Festa do Povo, comentaba sobre una próxima edición al hilo del dinero de las entradas: "Possivelmente ficamos com algum remanescente para organizar já as próximas", "talvez para 2019 ou 2020".

[agosto de 2015]