Valencia, convivencia de estilos, motivaciones, ambiciones y épocas en el Mediterráneo


Valencia. Ubicación geográfica de la tercera ciudad de España. Su zona de influencia aglutina una concentración humana superior al millón y medio de personas y solo la urbe en sí acoge a más de 800.000. Es una urbe bañada por el Mediterráneo, pero su centro urbano está, en términos espaciales, bastante alejado de las aguas y más cercano a las tierras otrora de labor. Zona de huerta histórica, enclave industrial, icono global por la Fiesta de las Fallas de cada marzo, la tierra de la horchata y la paella... Su variedad de atractivos es generosa, algunos impostados pero sin embargo eficientes en la atracción. Propuestas como ésta, como ésta, como ésta... Como reza la canción, "es la tierra de las flores, de la luz y del amor". [Mapas Vía Michelín]

Valencia. Escudo municipal. La abundancia otrora de murciélagos, rat penat en catalán y valenciano, está presente en muchos de los escudos levantinos. Es el caso que nos ocupa y que se exporta hasta los equipos de fútbol de la ciudad, con una leyenda que refrenda la consideración. Ahondando más en la heráldica a través de esta buena entrada a la Wikipedia leemos de su inspiración adicional en la bandera de Aragón.

Valencia. Como base de operaciones y necesidades adicionales varias apostamos por este quinto con ascensor: Family Apartment, vía Booking. Bien ubicado en una ciudad que, dada su vertiente interior y su lado más litoral, es toda una bisagra; y además de su situación, con relativa facilidad para aparcar. En la ventana de la derecha vemos la calle Rodrigo de Pertegás. En la de la izquierda, la avenida de Menorca... Esta vivienda se ubica, empero, en la calle Siete Aguas (setaigües).

Alineación de edificios en la carrer Rodrigo de Pertegás.

Carrer de les Illes Canaries, instalación de aires "almaceniles" rodeada de viviendas. En esta zona es una tónica habitual alternancias de este estilo. Viejos resabios industriales y portuarios del Grau de Valencia. Un movimiento cultural reivindica, con rutas, todo el poso arquitectónico de esa infraestructura industrial.

Avenida de Menorca.

Edificio de Abonos José Campos Crespo. Este llamativo viejo almacen ideado por Demetrio Ribes actualmente alberga el Centre Esportiu la Creu del Grau. No hace mucho fue el centro de acreditaciones del Gran Premio de Europa de Fórmula 1. Estamos en la calle Islas Canarias.

Una canasta de baloncesto, magnífica cuna para el Basket urbano, preside esta estampa ante edificios de viviendas junto a la concurrida avenida de Menorca de Valencia.

Estas vallas apiladas junto a una farola nos recuerdan un par de cosas. La primera, como reza el motivo de las mismas, toda una declaración de especialización, es que “Valencia, Ciudad del Running”. En la capital del Turia, efectivamente, se organizan muchas y muy buenas carreras populares, por no hablar de un medio maratón magnífico y un maratón que es el más rápido en suelo español Una apuesta firme para la que hay mimbres en forma de afición, bondad climática y también orográfica. También nos recuerda que el motivo de esta entrada se encuentra en otra de esas carreras: la tercera edición de la 15K, una prueba nocturna a caballo entre los 10 kilómetros y el Medio Maratón.

Valencia. Carrer de Menorca. Caminamos mientras en nuestro horizonte más inmediato contemplamos las esbeltas formas del Aqua, un "multiespacio comercial" nacido en 2006 a la luz de la Ciudad de las Artes y las Ciencias donde también se encuentra un hotel, un gimnasio, cines... y la torre de oficinas que destaca sobremanera. La conocida como Torre Aqua, con sus 95 metros, es el tercer edificio más alto de la ciudad.

Ciudad de las Artes y las Ciencias. A la izquierda, el edificio conocido como el Ágora, obra de Santiago Calatrava. A la derecha, el Puente del Arpa, oficialmente l'Assut de l'Or y popularmente "el jamonero", también de Calatrava. El Ágora, que al final es una plaza con una cubierta futurista, es la típica obra de estética atractiva (cómo dudarlo) que se va en cuanto a presupuestos incluso cuando el proyecto original no se ejecuta del todo y cuando el resultado final da "problemas". Sede del Valencia Open 500 de tenis durante estos años, el torneo iba a bajar de categoría por cuestiones económicas.



Palau de las Arts. Palacio de las Artes Reina Sofá. El hogar de la ópera en Valencia y otra muestra arquitectónica de un Santiago Calatrava que con este proyecto necesariamente tuvo que hacer un buen negocio. Costó bastante más lo presupuestado (en general, todo el proyecto de la Ciudad de las Artes y las Ciencias) y este proyecto concreto tampoco se ha librado de cierres temporales para corregir imperfectos.

Vistos desde la sombra de una palmera de la ajardinada prolongación del Paseo de la Alameda, el Museo de las Ciencias y el Palau de las Arts (derecha).

Museo de las Ciencias Príncipe Felipe.



Vecino del museo, rodeado por un estanque de sugerente tono turquesa, el pintoresco edificio Hemisferic. De evocación, acaso de inspiración, ocular, estamos ante una sala de proyecciones para grandes formatos. Se inauguró en 1998 y es otra obra de Santiago Calatrava.

Museo de las Ciencias. Detalles de estas "escamas arquitectónicas" de metal y cristal.

Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Este estanque, uno de los varios que hay en una zona donde se le quiere dar mucha presencia al agua, alberga actividades de piragüismo y bolas flotadoras para niños e infantes.

Ciudad de las Artes y las Ciencias. Paseo central. Al fondo, con aires de rostro de insecto, el Hemisferic.

Museo de las Ciencias. Detalle.

Museo de las Ciencias. Formas.

Museo de las Ciencias. Formas.

El puente de El Jamonero, con el Ágora detrás.

Deshacemos nuestro pasos por la avenida de Menorca para dirigirnos a la avenida del Puerto, una gran vía que conecta con el entorno de la Marina Juan Carlos I, el puerto e incluso también la playa. Palmeras ornamentales.

Avenida del Puerto. Avingunda del Port. Esta avenida de varios carriles y sentido único está flanqueada de estéticas fachas de las más diversas inspiraciones pero en su mayoría con resabios modernistas e historicistas.

Negocios de asadores de pollos en la Avenida del Puerto de Valencia.

Avenida del Puerto. Edificio de cinco platas rematado con un frontispicio presidido por un murciélago. La Casa del Murciélago, podría ser conocida (y seguro que no es un caso único). Seguro que tiene otro más oficial. ¿Nos ayudáis los locales?

Avinguda del Port de Valencia.

Corredores remontan la avenida del Puerto con motivo de la carrera popular nocturna 15K de Valencia.

¿Discoteca valenciana de curiosa fachada molinera sin aspas? Club de conciertos: la célebre sala La 3 Club de Valencia. Calle Pare Porta.

Parroquia de Santa María del Mar de Valencia, parroquia del Grao de Valencia. La estética más añeja, sin duda, de toda la avenida del Puerto. Y en su interior, el Cristo del Grau.

La torre de Santa María del Mar, que se asoma tanto a la avenida del Puerto como a la plaza del Tribunal de las Aguas (plaça del Tribunal de les Aigües). El campanario, junto al reloj, fueron añadidos durante el siglo XIX. El resto de la edificación, una evolución de otra anterior, es del siglo XVII.

Fachadas atractivas en la avenida del Puerto.

Fachadas atractivas en la avenida del Puerto.

Solitario primer edificio en el arranque de la avenida del Puerto (o final, puesto que es el número 336 de esta vía). Nos encontramos junto a la avenida de Manuel de Soto, antesala de la Marina Juan Carlos I. En sus bajos, la Antigua Casa Calabuig. Más de cien años en el sector de la hostelería que inspiran reflexiones sobresalientes.

Monumento a la Paz, que presidente la plaza de la Armada Española. Nos parece un poco mamotreto este trabajo de José Esteve Edo (1987).

Edificio del Reloj. Grau de Valencia. Nos acercamos a la Marina Juan Carlos I, el enclave en torno al que giró durante un lustro un polémico y deficitario Gran Premio de Fórmula 1, un medio maratón e incluso una crono de la Vuelta a España (2009)... Por no hablar de las dos ediciones (2007 y la más "comprometida" 2010) de la Copa América de Vela. Volviendo a esta "Casa del Reloj", estamos ante la actual Autoridad Portuaria que en otro tiempo fue el terminal de pasajeros del puerto. Cuentan que se trata de una copia de la estación de ferrocarril de Lyon y fue edificada en el primer tercio del siglo XX. Y detrás, el Mediterráneo.

Grau de Valencia. El tinglado número 2. Como toda la Marina, la zona fue el centro de operaciones de la Copa América de vela. Todo el entorno del puerto fue muy remozado y lo mismo que se recuperaron algunas instalaciones se construyeron, como veremos, otras. En esta instalación de 1911, un viejo proyecto de finales del siglo XIX para recibir con más garantías las crecientes mercancías que llevaban al puerto, actualmente se dan cita muchos patinadores.

El tinglado número 2 del Grau de Valencia. Interior. Al fondo, el "Valencia Eye", la noria temporal que tiene muchas similitudes con el célebre London Eye. El Mirador de Valencia alcanza los 70 metros de altura y se encuentra en un parquecito litoral ubicado entre la Marina Juan Carlos I y la playa de la Malvarrosa. Hablamos de 42 cabinas climatizadas con capacidad, cada una, para ocho personas.

Tinglado número 1. Muelle del Grao. Detalle escultórico ornamental.

Grúa, vieja, del Puerto de Valencia. Engalana un pequeño espacio verde y del uso industrial pasó al ornamental.

Puerto de Valencia. Aduana. Enfrente del Grao. Avenida del doctor J. J. Domine.

Esta tapa de la red de alcantarillado y aguas muestra los motivos de la Copa América de Vela. A la hora de apostar por un acontecimiento, detalles y más detalles. Pura arqueología años después. Y también un buen reflejo, o un ejemplo más, de una forma de hacer las cosas en ciertos sectores políticos.

Dos personas caminan por las instalaciones del equipo suizo Alinghi, uno de los participantes en la Copa del América. Es más, el defensor del título. Las instalaciones... cerradas.

Edificio Veles i Vent ("velas y viento", en castellano). Una de las grandes apuestas constructivas nacidas con la organización de la Copa del América de Vela. Sin competición, pues otro edificio de usos múltiples para la ciudad que en junio de 2014, por ejemplo, acogía una feria del corredor de una carrera popular. Veles i Vent, cuyo nombre se inspira en un poema valenciano del siglo XV, fue gestado para acoger las labores organizativas, incluyendo los jueces, y también los VIPS, de la America´s Cup.

Veles i Vent. Rampa de acceso directo a la segunda planta. El edificio, una propuesta del estudio de David Chipperfield y Fermín Vázquez, recibió varios premios de arquitectura, aunque también protagonizó una polémica por una supuesta mala traducción de Chipperfield. Su futuro pasa por su alquiler, 30.000 euros al mes durante diez años. El uso concreto, por definir en función del arrendatario. De momento ha salido a concurso ofrecido como "espacio polivalente".



Veles i Vent. Y al fondo, el estacional Mirador de Valencia.

El Mirador de Valencia. Aunque estaba prevista su permanencia entre marzo y mayo de 2015, esta gran atracción (capaz de movilizar a 20 camiones) en junio todavía seguía en activo. La foto, tomada desde la primera planta del edificio Veles i Vent.



Vistas sobre Valencia, los entornos urbanos de la Marina, desde la primera planta del edificio Veles i Vent.

El tinglado del Grao, en primer término, en una vista sobre la Marina Juan Carlos I desde el edificio Veles i Vent.

Antiguo Varadero Público de Valencia. Ubicado junto al Veles i Vent. Estamos ante un coqueto edificio de eclécticos aires historicistas que no es original, ya que su estado ruinoso aconsejó el derribo del primigenio de 1914. Fue en 1989. La idea, una vez acondicionado, aunque lo encontramos cerrado, incluso tapiado, acoger oficinas.

Banderas. Enormes, todo sea dicho, y ondeantes ante la más mínima brisa mediterránea. Comunitat Valenciana (izquierda) y España (derecha).

Valencia. Playa de la Malvarrosa. Pasarela de acceso, una de ellas vamos. La playa de la tele, vamos, porque suele ser más o menos fija cada año cuando comienza el calor y las costas comienzan a poblarse. No hay puente o fin de semana de clima benigno y poca información relevante en el que una cámara acuda a la Malvarrosa. Estamos ante un kilómetro de franja litoral más de 130 metros de anchura media. Y un paseo marítimo donde se suceden los restaurantes y las tiendas, un micromundo por sí mismo para los cruceristas que hacen escala en la ciudad. El nombre de "Malvarrosa" no es casual.

El Mirador de Valencia, contemplado desde la playa de la Malvarrosa.

Playa de la Malvarrosa. Cae la tarde y los pescadores comienzan a probar suerte. Aquí, unas opiniones de la playa vía Minube y otras vía TripAdvisor.

Una niña observa el mar Mediterráneo mientras camina descalza por la arena húmeda de la playa de la Malvarrosa.

La Marcelina. Terraza exterior junto al Paseo Marítimo de Valencia. Nos recomendaron este restaurante bien conocido en la ciudad por la frescura de sus pescados y mariscos. Concurrido, desde luego, un rato. Y el personal, muy amable según nuestra experiencia. Aquí, unas opiniones.

La Marcelina. Selección de frituras... algo menguadas en la toma de la foto.

Valencia. De noche en el Paseo Marítimo, donde no faltan las esculturas de arena. Y el iluminadísimo Mirador de Valencia atrae todas las miradas.

Este edificio, el Docks, que por su cercanía al puerto intuímos que tuvo viejos usos industriales o portuarios, ha sido reconvertido en zona de ocio nocturno. Y la noche de Valencia tiene su aquel. Discoteca Las Ánimas del Puerto. "La mejor terraza de verano de Europa, proclaman"... Desde luego una de las pocas que por su "aislamiento" no deberían molestar al no tan cercano vecindario...

Valencia. Plaza de la Armada Española. Monumento a Joaquín Sorolla. Un monumento con mucha historia detrás. El rostro del pintor, todo un Mariano Benlliure. El conjunto, como tal junto desde 1974, es una mezcla de este busto del artista y un fondo de 1925 extraído de la fachada de una sucursal del Banco Hispano Americano en la calle Las Barcas.

Valencia. Contrastes en el entorno de la Plaza de la Armada Española.

Tranvía de Valencia, ciudad pionera en España en su recuperación. Este medio de transporte fue recuperado para la ciudad en 1994. Integrado en la red de metro (así aparece en los mapas del recorrido de Metrovalencia), el tranvía permite conectar el centro con el entorno de la Marina Juan Carlos I, el barrio de Poblats Maritims y la zona playera. Estamos, por cierto, en la estación Grau - Canyamelar, que acoge tres líneas.

Estación de Maritim-Serrería, también intercambiador entre el tranvía y el ya subterráneo metro. Carrer de Jeroni de Montsoliu.

Interesante forma de resolver esta cuestión del intercambio... desde dentro.

Varios viajeros abandonan un travía estacionado en Maritim-Serrería, fin de línea.

Maritim-Serría. Del tranvía (derecha) al metro convencional (izquierda). Al respecto de los billetes, hay que señalar que la "cartilla" tiene un valor inicial que no hace falta repetir después: basta con recargarla. El mismo sistema de otras ciudades europeas, vamos, como Lisboa. Para saber más sobre este metro y sobre algunas de sus líneas, bastante jóvenes todo sea dicho.

Estación de Colón del Metro de Valencia. Puerta de entrada al centro y zona comercial muy concurrida. La Ciutat Vella, a nuestro alcance.

Plaza de los Pinazo, pequeño e irregular ensanchamiento de la avenida de Colón. Este espacio urbano intentan integrar los restos de parte de las antiguas murallas de la ciudad que aparecieron en 1998 durante la construcción del metro. Se trata de la conocida como Puerta (o Portal) de los Judíos de las murallas medievales o murallas cristianas. No estuvieron realmente mucho tiempo fuera de juego: sin servicio desde siglos atrás, fueron derrumbadas a finales del XIX. Estamos donde en otro tiempo existió la antigua judería.

Hermosa fachada en el comienzo de las calles Jorge Juan y del Sorní.

Calle del Conde de Salvatierra con avenida de Colón.

Monumento al Pintor Ignacio Pinazo. El original de Vicente Navarro en 1918 fue tan dañado durante la Guerra Civil que el actual es una copia posterior "patrocinada" por un hijo del artista.

Lateral del edificio que alberga el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat, en un primer momento concebido para aduana (pues esa era la función del edificio que existía antes sobre este solar) y conocido por todos como Palacio de Justicia. Arquitectura civil de mediados del siglo XVIII.

La Puerta del Mar de Valencia. Acceso a la Ciudad Vieja desde el entorno del puerto (que sigue estando algo distanciado). Salvando las distancias, en términos de presencia urbana es una suerte de Puerta de Alcalá, pero en la capital del Turia. Y no siendo original. La del Mar era la puerta este del dispositivo defensivo de la ciudad cristiano. De las tres murallas de las que dispuso la ciudad en su evolución, la cerca romana, la musulmana y la cristiana, apenas quedan vestigios, detallitos. Esta Puerta del Mar es una reconstrucción de mediados el siglo XX de la versión neoclásica que sería derribada en 1858. Y con todo tuvo que sufrir un desmonte, piedra a piedra, durante los trabajos de ampliación del Metro de Valencia.

La Puerta del Mar preside un espacio urbano que es conocido como Plaza de la Puerta del Mar (Plaça Porta de la Mar) y que en otro tiempo no tan legano fue conocida como plaza del Marqués de Estella.

Concepciones funcionalistas en las nuevas arquitecturas de Valencia. Éstas, en el entorno de la plaza de la Puerta del Mar. El edificio de la derecha es conocido como Edificio Porta de la Mar y se levantó sobre los antiguos juzgados. Es un edificio con vocación de lujo.

Jardines de la Glorieta, céntrico e histórico espacio verde de la ciudad de Valencia. Monumento al pintor Antonio Muñoz Degrain. De Marco Francisco Díaz-Pintado, en el primer tercio del siglo XX. Su ubicación, bajo un enorme ejemplar de ficus, sobrecoge.

La torre del antiguo convento de Santo Domingo, escoltada por las copas de los árboles del Parque de la Glorieta.

Las raíces del ficus parecen de piedra...

Cafetería Glorieta. Curioso mensaje visto en el acceso al servicio de este histórico café que, más curioso aún, tiene en un interior una placa que recuerda al alto nivel al que llegaron las aguas en una riada mediado el siglo XX.

Vecino de la Glorieta, aunque separados por una gasolinera urbana, se encuentra el parque de El Parterre. Mucho más regular en sus formas y con una vegetación más despejada. Y en el centro, presidiendo, la escultura de Alfonso El Magnánimo, quien le da nombre a toda esta plaza. Alfonso V de Aragón era Alfonso III para el Reino de Valencia.

Compárese el tamaño de este ficus en relación a la concentración de chavales de la derecha.

Plaza de Alfonso el Magnánimo. Azulejos verdes en el hermoso edificio que alberga una de las oficinas de turismo de la Comunitat Valenciana.

Calle de la Paz. Carrer de la Pau. La Valencia más comercial y turística, al otro lado de esta animada rúa.



En la calle de la Paz, gestada en una operación urbanística mediado el siglo XIX, abundan las fachadas impresionantes y llamativas.

Calle de la Paz de Valencia.


Carrer de la Pau.

Carrer de la Pau.

Vista parcial de San Juan del Hospital, desde la carrer dels Medines.

Comercial calle de la Paz.

Cúpula del Colegio del Patriarca.

Rotulación comercial complementada con ornamentos de índole modernista. Calle de la Paz.

Peculiar edificio en la calle de la Paz.

Plaza de la Reina. Concurridísima. Y entrada al núcleo duro del casco antiguo. Una mezcla de turistas, locales de compras, curiosos y demás. Bulliciosa. Y rodeada de edificios elegantes, como éste en la esquina con la calle San Vicente Mártir.

Plaza de la Reina. Vistas sobre la catedral de Valencia, dedicada a Nuestra Señora de la Asunción. La popular La Seu, a la que se accede desde aquí por la Puerta de los Hierros.

Plaza de la Virgen. Recto, la calle Santa Catalina. A la derecha, la torre de la iglesia homónima, templo gótico levantado sobre una mezquita anterior.

Santa Catalina. Calle y torre. Torre de más de 56 metros de altura.

Iglesia de Santa Catalina. Torre. Detalle.

La casa más estrecha de la ciudad de Valencia se encuentra en la plazuela ubicada al final de la calle Santa Catalina y es conocida precisamente así en parte gracias a un bar: La estrecha. Nada más que 107 centímetros le dan la razón.



Efecto ojo de pez sobre la plaza de la Virgen. Abierta al tráfico rodado, una pequeña isla central con muchos bancos y una fuente hace las veces de parque.



La Seu de Valencia. Detalle barroco en el tímpano de la conocida como Puerta de los Hierros.

Rodeando el perímetro catedralicio por el lado occidental, calle Micalet. Solares y edificios coloreados, en un curioso contraste.

Calle Micalet. Catedral de Valencia. El nombre de esta calle deriva de esta torre de la imagen, conocida como Miguelete (Micalet, en valenciano). Un monumento muy querido por los locales.

Catedral de Valencia. Vista de su peculiar cimborrio octogonal desde la calle Micalet.

Catedral de Valencia. Llegamos a la céntrica Plaza de la Virgen, corazón de una ciudad en la que no hay soportales y el poder que está presente no es el local, sino el autonómico. Estamos ante la conocida como Puerta de los Apóstoles, hermosa y frágil por la calidad de la piedra empleada en su construcción. Ha necesitado de muchas restauraciones y algunos elementos, por la erosión, no son originales. A la izquierda, con aires de coliseo, aparece la conocida como Obra Nova. Se trata de una arcada de inspiración renacentista que conecta el recinto catedralicio con

Vecina de la catedral, con la que mantiene un cordón umbilical gracias a la Obra Nova antes mencionada, estamos ante la Basílica de la Virgen de los Desamparados. La patrona de Valencia reside en esta morada desde el siglo XVII.

Plaza de la Virgen. Ángulos en el nacimiento de la calle Apóstoles.



Plaza de la Virgen. Basílica de la Virgen de los Desamparados y catedral.

El Palacio de la Generalitat, otro de los edificios ilustres que se asoman a la plaza de la Virgen. Ejemplo tardogótico con avances renacentistas. Durante siglos, la Casa de la Diputación del Reino de Valencia. Desde 1992, sede del gobierno autonómico.

Fuente al Tribunal de las Aguas. Obra de Silvestre de Edeta inaugurada en 1976 en la siempre muy concurrida plaza de la Virgen.

Muro de Santa Bárbara. Calle peatonalizada. A la izquierda, iglesia de San Lorenzo. A la derecha, el Palacio de Benicarló, o de los Borja, o muchos más actualmente de las Cortes. Motivos evidentes: es la sede de las Cortes Valencianas.

Curiosa solución arquitectónica, como para predicar en la calle, en la fachada de la iglesia de San Lorenzo. ¿Acaso herencia de su pasado como mezquita?

La Casa de los Dulces, en la esquina entre Muro de Santa Bárbara y la avenida Conde de Trénor.

Esfinge. Una de las dos esculturas que escoltan el acceso al Puente de Madera (Pont de Fusta), en la Alamedita de los Serranos. Son obras sin autor conocido del primer tercio del siglo XIX.

Jardines del Turia.

El Puente de la Trinidad, visto desde el Puente de Madera. En su mayoría, aunque los hay abiertos al tráfico, todos ellos son hoy en día pasos peatonales sobre el viejo cauce del río Turia. Las consecuencias de las crecidas de este cauce con motivo de la gota fría, que ocasionaron durante siglos daños materiales y sobre todo personales, impulsó el desvió de la corriente. "La ciudad que perdió su río", tituló un artículo en El País Antonio Estevan. Pero nacieron una sucesión de espacios destinados a usos recreativos y de esparcimiento: campos de fútbol y baloncesto, parques, jardines... incluso un zoo. El desvío del Turia se prolongó entre 1964 y 1973.

Valencia. Vistas sobre el casco urbano desde el barrio de La Saidia, al otro lado del viejo cauce del río Turia. El distrito número 5 de la ciudad. En primer plano, el Puente de Serranos.

Edificio de aires modernistas e historicistas en la avenida Guadalaviar.



Torres de Serranos, nombre acuñado en la ubicación de este reflejo de la muralla medieval de Valencia que hoy en día, y cada año, es la sede del llamamiento para las Fallas, la Cridà. Era la puerta de salida hacia las montañas más cercanas. Icono turístico de primera, sujeta a reformas y adataciones, la de Serranos es un ejemplo de infraestructura militar de primera. El profesor Rafael Soler Sherpa lo describe a la perfección en este completo artículo. La vista, desde el puente de Serrans.



Puerta de Serranos. Una concentración de espíritus arquitectónicos "defensivobélicos". La muralla de Valencia llegó a contar con hasta doce puertas de acceso al casco urbano.

Torres de Serranos. Bandera de la Comunitat Valenciana ondeando ante la brisa del Mediterráneo.

Puerta de Serranos. Cúpulas de su interior. Gran trabajo de ingeniería bélica.

Puertas de Serranos. Literalmente. Y la verdad, su aspecto las hace pasar por originales. Son visitables y siempre han tenido un uso. Ahora es el turístico; en otro tiempo, de prisión.

Un nutrido grupo de visitantes se hace un selfie bajo las llamativas cúpulas de la Torre de Serranos de Valencia. Al otro lado del viejo cauce del río Turia, el barrio de La Saidia.

Plaza dels Furs y carrer de Náquera.

La Torre de San Bartolomé preside esta vista sobre la Calle de Serranos. Es una zona de Valencia con mucha vitalidad y con negocios menos convencionales. La torre es el último vestigio de una iglesia homónima que fue demolida en 1944, aunque estaba en estado ruinoso tras un incendio durante la Guerra Civil.

La carrer de la Val de Cristo desciende hasta un acceso a la plaza del Ángel. Y graffitis que suman y graffitis que restan.

Actuación artística ingeniosa.

Calle Gil Polo. Una oportuna pegatina imita a una letra "i" y le da un sentido más cachondo al nombre. Al fondo, carrer dels Serrans.

Plaza de Manises. El corazón político de la Comunitat Valenciana. Enfrente, el edificio que acoge el gobierno, el Palacio de la Generalitat. Fuera de cuadro, a la izquierda, visible en el vídeo siguiente, queda el palacio del Marqués de la Escala.

Monumento a Francisco Pizarro, instalada sobre una altísima columna que dificulta su identificación. El valenciano Pío Mollard lo ideó y se gestó en bronce en 1969. Plaza de Manises.

Banderas en la plaza de Manises de Valencia.

La Torre de San Bartolomé, último vestigio de una iglesia desaparecida, se eleva sobre los edificios que, en la plaza de Manises aún, comienzan a alinearse en la calle de Serranos o carrer dels Serrans.

Ecléctico y atractivo edificio en el arranque de la carrer de les Cavallers, en las cercanías de la sede de gobierno de la Comunitat Valenciana.

Trabajos de forja en el balcón de una fachada de la calle de los Caballeros de Valencia.

Carrer de les Cavallers y plaça del Comte de Bunyol. Destáquese de esta imagen la curvatura que describen las cornisas de los edificios del margen derecho de la calle. Zona de palacios de dinastías familiares en una de las calles más antiguas de toda la ciudad.

Elegante edificio en la plaça del Comte de Bunyol.

Carrer de les Cavallers.

Terracita Café Sant Jaume. En la plaça del Espart, justo antes. Llegamos a una zona de Valencia en la que se encadenan hasta tres espacios urbanos considerados plazas.

Terracita en la plaça de Sant Jaume.

Valencia. La plaça del Tossal(izquierda), la calle Quart (recto) y el final de la carrer de les Cavallers. A la derecha, el arranque de San Miguel. Y todo ello, un entorno muy cosmopolita y joven.

Toda una viñeta urbana en la que se reflejan la mayoría de los puntos calientes, todos polémicos, de la política estatal y autonómica. En la calle Quart. Si al final ese local se alquila y montan un negocio en él, que quede constancia con esta foto de lo que en su tapia existió antes.

Calle Quart. Y al fondo, espectaculares, las Torres de Quart. Las de camino hacia Quart de Poblet.

Espectacular metáfora visual, puro arte urbano, en la calle Cañete de Valencia. El mural es más grande y esta parte concreta ironiza con el poder.

Carrer de Quart, que ante la puerta del mismo nombre se "aplazuela". Una de las instalaciones del campus de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir, al fondo. Y a la izquierda, un pequeño tramito de muralla en el entorno de las Torres de Quart.

Puertas o Torres de Quart. Junto a las Torres de Serranos, las únicas supervivientes de toda la muralla medieval de Valencia. La antiguamente conocida como Puerta de la Cal resistió a la demolición generalizada del recinto defensivo impulsada en el último tercio del siglo XIX por su uso municipal como prisión. Además, como se recalca en este magnífico blog, como prisión de prostitutas.

Puertas de Quart. Dos visitantes caminan bajo la estructura, admirando las cúpulas interiores. Cruzar de un lado a otro supone un salto, el de abandonar Ciutat Vella y pasar a Extramurs.



Puertas de Quart. Esos boquetes son impactos de munición. Una herencia del acoso de las tropas napoleónicas comandadas por el mariscal Moncey. Magnífica forma de explicarlo en El Camino de Mariam: cicatrices.

Plaza Coll. Edificio curioso.

"Placa" cerámica en la que se anuncia una asociación fallera: Falla en Plom Guillem de Castro. Carrer d´En Sendra.

Jardín de la Plaça de Joan de Vila-rasa. Acceso.

Plaça de Joan de Vila-rasa. Fuente ornamental, de espaldas.

Plaça de Joan de Vila-rasa. Un entorno que bien merece una visita. Sobre los tejados, la cúpula y la torre de la iglesia de las Escuelas Pías.

Detalle. Plaça de Joan de Vila-rasa.

Al final de la plaça de Joan de Vila-rasa se abren un par de callejuelas que conectan con el entorno del Mercado Central de Valencia. Otra parada obligatoria por pintoresca.

Parroquía Santos Juanes. San Juan del Mercado. Posteriormente veremos su otra portada, más elaborada. En esta vertiente, en la que da a la plaza del Mercado, conserva vestigios muchos más claros de la mezquita sobre la que se construyó, aunque las reformas posteriores sobre todo bajo los auspicios del barroco son más evidentes. Un templo de mediados el siglo XIII.

Mercado Central de Valencia. Ejemplo de la arquitectura modernista, aunque tardío. La cuestión del mercado en la capital del Turia no era algo baladí. Siempre motor, el mercadeo como institución era próspero en la ciudad y aquí se habían asentado genoveses, alemanes, italianos o franceses desde el medievo.

Mercado Central de Valencia. Larguísima y completa es la evolución histórica de la actividad mercantil. Y hermosísimos sus zócalos cerámicos de Benicalap.

Mercado Central de Valencia. Uno de los accesos principales, la "plaza" de la Ciudad de Brujas.



Mercado Central de Valencia. Su llamativa cúpula coronada por un inmenso pararrayos decorado con motivos marinos. El culmen a un icono del estilo modernista en la ciudad.

Arte urbano en un muro ubicado en la Carrer de les Carabasses.

Arte urbano en un muro ubicado en la Carrer de les Carabasses.

Valencia. Plaça de la Mercè. Junto al Carrer de les Carabasses.

Escultura urbana dedicada a Blasco Ibáñez, obra de Nassio Bayarri en 1998. "Yo nací en Valencia, y soy hijo de comerciantes. A Vicente Blasco Ibañez. Las Asociaciones Comerciantes del Centro Histórico y Mercado Central. Ayuntamiento de Valencia. 1998", reza una inscripción.

Iglesia del San Juan del Mercado. El templo que se levantó sobre la antigua mezquita musulmana. Esta fachada que mira hacia la Lonja de la Seda, profusamente reformada en el siglo XVII, es espectacular. Y no todas las iglesias acaban rematadas con una torre-campanario que les de aire de ayuntamiento...

Iglesia de San Juan del Mercado, más conocida como parroquia de los Santos Juanes de Valencia. Curioso y dinámico tímpano decorativo de indudable influencia barroca y factura genovesa presidido por la virgen del Rosario.



Lonja de la Seda, conocida también como Lonja de los Mercaderes, con torre de homenaje almenada cual castillo. Herencia gótica de la ciudad, todo un patrimonio de la humanidad. Manifestación de todo un poderío mercantil urbano. E icono monumental de la urbe.

Lonja de la Seda. Gárgola en su fachada sobre la plaça del Mercat.

La Lonja de la Seda, vista desde la Plaza de la Compañía. Valencia es todo un entramado de callejuelas irregulares en este punto. El centro de la Ciudad Vieja.

[junio de 2015}