Por las calles de Paredes de Nava: de un mirador en la iglesia de San Martín a un museo en la iglesia de Santa Eulalia (julio de 2012)


Dicen que el número de iglesias nos resume la importancia de un pueblo o una concentración humana. A más cantidad, más notoriedad. Y seguramente lleve algo de razón esta creencia. Aunque en ocasiones tan importante como el número puede ser la ubicación. Por concretar: no son lo mismo cinco templos aleatoriamente colocados por la historia, la convicción o la superstición que tres repartidos con el mimo de una minuciosidad que no puede ser casual. En Paredes de Nava, nos encontramos en Palencia, uno experimenta un sensación como ésta. En lo alto de la torre de su iglesia de San Martín, visitable, una rápida panorámica sobre un casco urbano que se muestra asequible y abarcable nos traza una vecindad con otros templos que parece estudiada. Cotejada con el mapa, cáspita, la disposición de cuatro iglesias sugiere una cruz en medio de su callejero. Cuatro iglesias que se repartían cuatro barrios. Así se las arreglaban en Paredes de Nava, que le echaban pulsos a la mismísima Palencia. La cuna de una casta de artistas como la de los Berruguete, el lugar de nacimiento (aunque existe cierta pugna con un munipio jienense) del poeta-soldado Jorge Manrique y trampolín de algunos hombres que hicieron gloria ya fuera en lo eclesiástico o en lo militar.

San Martín, actual sede del Centro de Interpretación de Tierra de Campos y de la oficina de turismo local, no es el más antiguo de esos templos; tampoco es el peor conservado. Santa Eulalia, el principal, aún muestra detalles románicos en varios cuerpos de su torre, quedando todo lo demás engullido por una amalgama resultona de ampliaciones al estilo mudéjar,al gótico y al renacentista. Sí San Martín es la oficina de turismo, aunque goce de un pequeño espacio museístico y las maravillosas panorámicas de su torre, en Santa Eulalia encontramos el museo. Un museo parroquial de los pioneros en Castilla, abierto en 1964 y dotado de obras de gran valor artístico. Tenía que notarse el lustre de algunos de sus vecinos e hijos… Ni que decir tiene que Santa Eulalia, que cobra una entrada de 2 euros por el acceso, es la que cuenta con mayores dimensiones.

Santa María, del siglo XV, quizá sea la segunda en tamaño. Imponente en toda su planta, magnífica para ser fotografiada por su particular ubicación en una plazoleta de generosa entrada, cuenta la particularidad de contener la esencia de la casi desaparecida San Juan. Entre sus tesoros, Santa María custodia la imagen de San Juan Bautista que “lideró” el desaparecido retablo mayor del templo homónimo. La iglesia de San Juan, muy parecida a Santa María, se ha quedado a poco de ser un recuerdo. Apenas ha sobrevivido con integridad su torre, con muchos daños en el resto. Se preparaba un proyecto para su restauración y conversión en un espacio municipal. Y entre tanta iglesia y tanto barrio circundante, multitud de casas señorales presididas por la heráldica y ensalzadas por las dimesiones de los recintos. Grandes viviendas como la de los Dueñas, la de Sánchez, la de Tordesillas y la de los Bedoña Dueñas. Siempre fue plaza próspera esta Paredes de Nava, que llegó a contar con uno de los asentamientos judíos (aljamas) más importantes de toda Castilla, con su sinanoga en lo que hoy en día es la ermita de la Vera Cruz. Pero en 1412 comenzó su expulsión. Próspera y añeja. Con raíces celtíberas y romanas.

Paredes de Nava, localidad palentina ubicada al noroeste de la capital provincial de gran patrimonio en lo urbanístico y lo humano. Palencia queda a 20 kilómetros de esta población de poco más de 2.000 habitantes. [Mapa ViaMichelin]

Iglesia de San Martín. Antiguo templo, actual oficina municipal de turismo (menuda sede), centro de interpretación de la Tierra de Campos y con una esbeltísima torre que hace las veces de mirador sobre todo el entorno. El remate a cualquier visita. Habría que destacarla como otro de los varios faros con los que cuentan en la Tierra de Campos.

San Martín. Detalle ornamental de su acceso principal.

Pedro Berruguete. Este realista muñeco de cera inspirado en un autorretrato del propio autor recrea al artista en plena acción creadora. En sus proximidades se encuentra el acceso a la torre de San Martín.

Ascendiendo a la torre de San Martín. Mampostería y maderámenes con solera.

¡Cómo crujen los escalones a nuestro paso! Echamos la vista atrás en el descansillo que se percibía en la imagen anterior para ver de dónde venimos.

Panorámicas sobre Paredes de Nava y la Tierra de Campos desde la torre de San Martín. Aquí vemos el uniforme casco urbano más igualado aún por el predominio de las tejas árabes y al fondo la iglesia de Santa Eulalia.

Paredes de Nava y la Tierra de Campos. Los ventanales de la torre de San Martín están protegidos contra las palomas mediante cristaleras. Al parecer estas aves se colaban, anidaban dentro y formaban tales concentraciones que sus excrementos acumulados estaban dañando la piedra y la madera. De vez en cuando, no obstante, se cuela alguna a saber por dónde.



Paredes de Nava. A nuestros pies la propia iglesia de San Martín y los alrededores de la plaza Vallejo Nájera.

Casona en la confluencia de las calles Jorge Manrique y Alario.

Desde la calle Alario, hermosas vistas de la esbelta torre de la iglesia de Santa María.

Iglesia de Santa María, de finales del siglo XV y con añadidos posteriores bajo los postulados del barroco.



Iglesia de Santa María.

Otra gran vivienda de enorme patio, recinto protegido por una tapia y gran esencia castellana. En Paredes de Nava se conservan varias viviendas de los siglos XVI y XVII, asociadas todas a ilustres familias castellanas o gente que prosperó hasta conseguirlo.

Una aldaba con forma de puño. Original y práctico para llamar a la puerta.

Antiguo colegio integrado en un recinto religioso.

Pasando junto a las dependencias del ayuntamiento, antiguo convento de San Francisco.

En la plaza de San Francisco encontraremos la Casa Sánchez, vivienda de tres alturas con el escudo familiar en el centro de la fachada. Fue levantada en el siglo XVIII, impulsada por un Joaquín Sánchez Ferragudo que alcanzó el obispado de Lérida.

Un vecino mantiene la mirada perdida apoyado sobre su bastón en la plaza de España de Paredes de Nava.

Iglesia de Santa Eulalia, la residencia de la patrona de Paredes de Nava y sede de un importante museo parroquial. Ante el templo, una escultura de Julio López dedicada a otros de los vecinos ilustres que ha dado la villa: Jorge Manrique. cuarto hijo de Rodrigo Manrique (conde de Paredes de Nava y maestre de la orden de Santiago) y Mencía de Figueroa, Jorge llegó a ser un personaje muy relevante en la corte castellana capaz de ganarse unas mercedes reales. Diestro con la espada, al parecer, la posteridad le regaló otro hueco por sus dotes compositoras. Ahí quedan esas célebres Coplas a la muerte de su padre.

Interior de Santa Eulalia. Nave principal de las tres que conforman esta iglesia en la que se entremezclan diferentes estilos arquitectónicos. Al fondo el retablo mayor, donde no faltan aportaciones pictóricas de Pedro Berruguete.

Interior de Santa Eulalia, una de esas iglesias que desde dentro dan aún más sensación de altura que desde fuera.

Interior de Santa Eulalia. Vistas desde una de la naves laterales. Sorprende, echando un vistazo a su interior, cómo la torre también tiene cierta independencia y autonomía. Como si la torre que vemos por fuera tan integrada en el conjunto se incrustrase en su planta vista por dentro (luego se podrá apreciar en el próximo vídeo)

El retablo mayor de Santa Eulalia. Obsérvese en la parte superior cómo en la crucifixión, de una manera completamente atípica, los ladrones que acompañan a Jesús sobresalen sobre éste. Curioso y particular.



Un par de visitantes toma fotografías de un par de las seis tablas sobre los Reyes de Judá ( David, Salomón, Esdras, Josafat, Osías y Ezequías), una de las joyas que posee en su interior Santa Eulalia y obra de Pedro Berruguete. Estas tablas fueron robadas en 1979 y, aunque fueron halladas en un mes en la localidad de Parla, necesitaron de una restauración por el mal estado en el que habían sido conservadas. Nos contaban que las campanas de Santa Eulalia tocaron cuando se anunció su recuperación.

Virgen sonriente con ojos policromados elaborada en lo que parece marfil. Estamos ante una de las piezas que forman parte del riquisimo museo parroquial de Santa Eulalia, donde no faltan obras de Alejo de Bahía, Pedro y Alonso de Berruguete, Juan de Tejerina,... Este museo parroquial fue abierto en 1964

En el museo. En el años 2003 se organizó una exposición sobre Pedro Berruguete para la que se logró la colaboración de diferentes instituciones foráneas con el fin de traer algunas de sus obras desde el extranjero. Una muestra muy completa. Entre abril y septiembre pasaron por Paredes de Nava unas 150.000 personas, lo cual no está nada mal. En 2011 se gestó otra sobre Alonso Berruguete, hijo de Pedro y famoso escultor.

Esculturas...

Más piezas de naturaleza sacra expuestas en el museo.