Pedraza, el encanto de la piedra bien cuidada


Pedraza. Parada obligatoria dentro del panorama turístico de la provincia de Segovia y de la comunidad autónoma de Castilla y León, apenas a 40 kilómetros de la capital provincial. Ubicada en lo alto de un cerro de 1.070 metros de altitud cercano a la vega del río Cega, cerro que circunvalan los arroyos del Vadillo y del Encinarejo en un contexto frondoso y bastante poco tocado por la mano del hombre. Población importante durante siglos por la pujanza de su materia prima lanar, con telas que competían en calidad con las de Flandes y Holanda, la crisis impulsada por los avances tecnológicos en este sector comenzaron a erosionar ese poderío sobre todo gestado en el siglo XVII. Su crisis, paulatina, animó al éxodo poblacional. Y con el éxodo, el abandono y el peligro de derrumbe que amenazó a buena parte de su callejero. Convertida en meca para un incipiente crepúsculo intelectual y cultural, muchas viviendas fueron reconstruidas en la segunda mitad del siglo XX siguiendo los cánones constructivos del lugar. Y este respeto ha mantenido impoluto, podría decirse, todo el entorno. Su belleza y su cercanía a Madrid (¡qué son 120 kilómetros!) le convierte en destino de muchas escapadas, por no hablar de su idoneidad como localización cinematográfica, publicitaria o televisiva. [Mapas VíaMichelin]. Adicionalmente, recomendamos la lectura de esta magnífica obra: Monografía de Pedraza de la Sierra, escrita por Timoteo de Antonio y publicada en 1936 .

Junto a la Casa del Águila Imperial, este viejo puente de piedra sobre el arroyo del Encinarejo. Ubicada en la ruta de la antigua Cañada Real Orejana, esta "casa" es un centro de interpretación que se aprovecha de las instalaciones de la vieja ermita de Nuestra Señora del Carrascal, también (o no está tan claro) exiglesia de San Miguel. Las instalaciones se intuyen a mano izquierda en esta imagen.

Vetusto pilar para el abrevado del ganado, y más, que se encuentra junto a la SG-V-2512: la Fuente del Caño. Las restricciones para el tráfico rodado en el interior de Pedraza invita a que los entornos de la población se conviertan en improvisados aparcamientos, tal y como sucede en los entornos de este "manantial". A la zona la conocen como la Alameda.

Abandonamos la "zona de aparcamientos" por un camino paraleo a la carretera SG-V-2512 que, de paso, y ascendiendo junto a viejas construcciones de piedra, nos regala interesantes vistas sobre Pedraza...

... como ésta, sin ir más lejos.

El 'skyline' de Pedraza desde este flanco. “Entre dos cerros, separados por un callejón, sobre una muela de considerable altura y elevación, accesible sólo por una vertiente, está la villa de Pedraza. Para llegar a ella es precioso penetrar por la angostura que forman los dos cerros e ir subiendo por un camino casi infranqueable, hasta llegar a la entrada de la villa. Como casi todas las que fueron plazas fuertes, Pedraza está unida a su castillo, erguido en el más escueto pico de la meseta por unas amplias y chatas murallas flanqueadas por cubos engaritados y cuadradas torres”. (Timoteo de Antonio: Monografía de Pedraza de la Sierra, Madrid, 1936, páginas 62-63).

Una última rampa conecta las carreteras SG-V-2512 y SG-V-2316 con el único acceso a la villa. Y en esa subida vemos avisos turísticos de esta índole...

Estructura promocional ideal para captar instantáneas...

Los paisajes cercanos, entre adehesados y "arriberados"... Aquí, el vallezuelo labrado por el arroyo del Vadillo. En los entornos de Pedraza existen varias cuevas (La Griega, Antonio López, Puerta de la Villa...) y en alguna se han encontrado restos, utensilios y cerámicas, que alimentan el pasado prerromano del lugar. En la de Antonio López se encontró la osamenta petrificada de una especie de hiena. De conocimiento popular, en algunas galerías incluso se pueden encontrar inscripciones de antiguos exploradores. Existen referencias a 1791 y 1780, nada menos.

Un ciclista desciende con precaución desde el casco viejo de Pedraza con sus bicicleta de carretera. Esta rampa de acceso tiene un porcentaje realmente interesante... Y si la promoción turística encuentra un gran aliado en el ciclismo, no se entiende que nunca ante ninguna carrera de primer orden haya campado a sus anchas por esta zona, no hay que haya tenido una meta aquí que por otra parte puede antojarse difícil por espacios, dimensiones y temas logísticos...

Edificación integrada en la muralla de Pedraza. Y sorprende esa estuctura que se asemeja a una especie de horno...

Ascendiendo hacia el casco viejo de Pedraza...

Al poco, ante nosotros, la Puerta de la Villa. Único acceso al centro urbano de Pedraza. En otro tiempo, la puerta estaba protegida por una estructura de barbacana.

Admirables vistas del entorno de Pedraza desde los alrededores de su Puerta de la Villa: la Casa del Águila Real y los puentes que salvan el arroyo del Encinarejo y su cauce: uno de ellos es un acueducto medieval que fue restaurado en las dos últimas décadas...



La Puerta de la Villa de Pedraza. Y sobre ella, desde el siglo XIII (pero reformada en el XVII) la Cárcel de la Villa. El blasón corresponde al de la Familia Fernández de Velasco, titular del señorío y condestables de la Corona de Castilla. Su inscripción: "Don Íñigo Fernández de Velasco, quinto Condestable de la Casa de Velasco. 1561). La Casa de los Velasco, linaje de raíces cántabras, llegó "al accionariado" mediante un matrimonio.

Puerta de la Villa. Un pormenor pictórico en la zona baja de su bóveda.

Concurrido por ser el único acceso, y tanto por peatones como vehículos a motor. Así es la Puerta de la Villa, escoltada por este flanco por una imagen religiosa. Unas visitantes lo atraviesan.

Cárcel de la Villa. Inscripción en su acceso, cuyo precio asciende a 3 euros. Como reclamo turístico, fue reabierta a mediados de la década de los años 90 del siglo XX tras mucho trabajo de la Fundación Villa de Pedraza, la misma que vela por el buen estado estético del patrimonio local.

La calle de las Cuestas, contemplada desde la parte baja de la Puerta de la Villa. Esta rúa comparte primeros metros con la más principal calle Real. Conecta directamente con la fortaleza de Hontanillas.

Un fotógrafo capta con su cámara la vertiente intramuros de la Puerta de la Villa, que da a una confluencia de calles en la que destaca la calle Real de Pedraza.

Pedraza. Calle Real. Comunica la puerta principal con la Plaza Mayor.

Estigrafiado "moderno" en la fachada de una casa ubicada en los albores de la calle Real.

Calle Real. Posiblemente una de las zonas más fotografiadas de Pedraza por sus particularidades. Una de las particularidades de esta vía es que nunca cambió su nombre y siempre fue la arteria principal para conectar la Puerta de la Villa y la Plaza Mayor.

Detalles de arquitectura popular en la calle Real: vigas de madera.

Gran trabajo de forja en esta ventana pertenenciente a una casa solariega ubicada en la calle Real.

En las cercanías de la Plaza Mayor el trazado de la calle Real alimenta un ensanche irregularmente aplazoletado que es el punto de encuentro y partida de la Travesía de las Cuestas (izquierda) y la calle de la Cordovilla (centro). Como se aprecia, la Travesía de las Cuestas cuenta con una fuente en su arranque, a los pies de la Casa Pilatos. Enfrente, la conocida como Casa Grande.

Pedraza. Travesía de las Cuestas. Sol de noviembre.

Pedraza. La calle Real. En torno a esta ruta la nobleza local, enriquecida con el comercio lanar, instaló sus residencias de aires palaciegos. Ese balcón esquinado corresponde a la conocida como Casa Pilatos.

Pedraza. Contrastes y singularidades. Casa Pilatos y Casa Grande. Joyas en la calle Real.

El campanario de la iglesia de San Juan Bautista, contemplado desde la calle de la Cordovilla: umbría rua escoltada por la Casa Pilatos y la Casa Grande.

Calle Real. Estamos a punto de llegar a esa maravillosa Plaza Mayor que ya se intuye delante nuestro... A la izquierda, flanco del Palacio del Marqués de la Floresta.



Plaza Mayor de Pedraza, icónica dentro del imaginario castellano para estas propuestas desde una estética tardomedieval y con un alto porcentaje de su estructura fundamentado en los espectáculos taurinos que tenían lugar en su centro. En su vertiente norte vemos las icónicas Casas de las Galerías. Este conjunto de eficios porticados, referencia de la plaza Mayor y reformados a lo largo de diferentes épocas, alberga en su parte superior un par de solicitados alojamientos rurales: Pedraza Suite.

Casas de las Galerías.

Blasón en una de las Casas de las Galerías, bajo un esmerado techo de madera.

Casas de las Galerías. Detalles. Vestigios de la fachada original sobre la que se instalaría posteriormente la galería.

Pedraza. Plaza Mayor. Y al fondo, San Juan Bautista. Los espectáculos taurinos se celebran este espacio cada mes de septiembre con motivo de las fiestas patronales en honor a la Virgen del Carrascal. Sin embargo lo que ha ganado notoriedad internacional es la apuesta por la música que se desarrolla durante el mes de julio en el marco de los conocidos como Conciertos de las Velas.

Plaza Mayor de Pedraza. Las Casas de las Galerías hoy en día son varias viviendas (cuatro, si atendemos a los tramos de su terraza), pero en su tiempo carecían de galerías y se trataba de dos viviendas blasonadas. El elemento que le da nombre, popularmente, a todo el conjunto fue instalado posiblemente durante el siglo XVII inspirado por las necesidades de los festejos relacionados con la tauromaquia.

Plaza Mayor. Palacio del Marqués de la Floresta, uno de los edificos con espíritu propio de todo el conjunto.

La torre de la iglesia de San Juan Bautista, con su parte inferior no solo emparedada por otros edificios de la plaza, sino con uno de sus cuerpos convertido en una suerte de vivienda con terraza, es otra de esas visiones imperdibles dentro de la Villa de Pedraza. La llaman "El balcón verde". Para contemplar el templo de una forma más autónoma es necesario visitar la cercana plaza de la Olma, a la que se accede por una especie de 'ramal' ubicado a los pies de la torre.

Ese mencionado cuerpo inferior de la torre que presenta una coqueta terraza; por lo visto, este "el balcón verde" es una obra impulsada por un vecino allá por el siglo XIX con el fin de poder ver los toros desde una mejor posición: el caballero de la orden de Santiago Iván Pérez de la Torre y Zúñiga. A la izquierda, perfectamente visible desde aquí, se encuentra el acceso a la plaza de la Olma, también conocida en otro tiempo como plaza del Álamo.

Plaza de la Olma. O parte más cercana a la plaza de la Villa de la misma. Hemos abandonado la segunda para llegar a la primera a través de esa puerta ubicada en la parte inferior de esta edificación de dos plantas que arranca bajo la mismísima torre de San Juan. Diversos folletos turísticos nos hablan de espacio "recuperado", por lo que entendemos que ni siempre estuvo abierto al público ni tampoco conectado con la vecina plaza de la Olma...

Plaza de la Olma. San Juan Bautista gana en presencia y majestuosidad con esta perspectiva sobre tu torre o sobre su ábside. Esta iglesia es visitable, y además lo es de forma gratuita, pero no siempre está abierta. Y eso que se trata de la única iglesia que actuablemente presta servicios religiosos en Pedraza. Estamos ante un templo con orígenes en el siglo XIII al que poco le queda, realmente, de su factura original.

Plaza de la Olma. Ese caserón del siglo XVI, rehabilitado, acoge en su parte baja un establecimiento hostelero del que hablaremos a continuación...

Plaza de la Olma. En el interior de las instalaciones del restaurante La Olma de Pedraza.

Plaza de la Olma. En otro tiempo este espacio urbano, que era pródigo en acoger mercados, estaba presidido por un enorme árbol centenario que inspiró su nombre pasado y actual. Hoy en día las terrazas de los negocios hosteleros se han hecho fuertes en tan icónico enclave municipal...

Plaza de la Olma. San Juan Bautista y el espacio vecino, y de transición, a la plaza de la Villa.



Ayuntamiento de Pedraza. Ubicado en la plaza de la Villa, junto a ese acceso a la plaza de la Olma antes visto. Es un edificio del siglo XVII (1627) que destaca por esa sucesión de tres arcos rebajados de su parte inferior. Uno de ellos conecta la plaza con el entorno de la calle de las Cuestas.

El paso bajo el ayuntamiento...

Pilares de piedra y vigas de madera.

La Plaza Mayor de Pedraza, además de sus entornos, acoge varios restaurantes donde degustar los mejores platos de la gastronomía segoviana.

Un grupo de visitantes disfruta de un refrigerio en la terraza de uno de los bares ubicados en la Plaza Mayor de Pedraza.

La Plaza Mayor, realmente impactante in situ en su irregular y pétrea concepción. Al fondo, las Casas de las Galerías y la Casa Contreras.

La Casa de los Miranda, junto a la plaza del Mercado y el arranque de la calle Mayor.

Ciclistas disfrutando de una parada de avituallamiento muy estética en la Plaza Mayor de Pedraza.

Cicloturismo en Segovia. Plaza Mayor de Pedraza. Las Casas de las Galerías.

Plaza del Ganado. O al menos eso nos indica el plano que seguimos. En consultas de información posteriores, esa nomenclatura aparece vinculada a otra plaza y de igual modo también se habla de plaza de la Olma para el espacio presente. ¡Os agradecemos a los buenos conocedores de Pedraza que nos ayudéis con esta duda!

La calle Mayor de Pedraza, rectilínea ruta que conecta la Plaza Mayor con el castillo de la localidad y toda su zona de influencia.

Calle Mayor. Primeros pasos con rumbo al castillo. A nuestra esplada, la iglesia de San Juan Bautista.

Calle Mayor. Una joya de coleccionismo visual: vieja cabina telefónica integrada en la fisonomía pétrea que domina toda la población...

Calle Mayor.

Calle Mayor. Al fondo, de referencia, el castillo. Transitada rúa en la que podemos encontrar negocios diversos.

Calle Mayor. Un cicloturista pedalea con calma sobre el empedrado firme de esta vía principal de Pedraza.

Calle Mayor. Una de las pespectivas más buscadas por los fotógrafos, con la iglesia de San Juan Bautista atrayendo miradas.

La iglesia de Santa María. O lo que queda de ella. Este templo románico, que por su cercanía a la fortaleza hacía las veces de templo oficial de sus inquilinos, acogió misas con invitados reales. Pedraza llegó a contar con hasta seis templos de los que sobrevive en activo únicamente San Juan Bautista.

Castillo de Pedraza. Esta fortaleza segoviana, oriunda como tal en el siglo XIII, no pasó desapercibida para diversos avatares históricos y desde comienzos del siglo XX es propiedad privada, aunque visitable en momentos concretos (la entrada oscila en torno a los 5 euros) y abierto a la organización de actos y eventos. El pintor eibarrés Ignacio de Zuloaga lo adquirió en 1925 y en él estableció un estudio de trabajo y su morada habitual; de hecho, para sus familiares y descendientes sigue valiendo de residencia.

Castillo de Pedraza. La zona labrada por el arroyo Encinarejo. La ubicación del castillo, viendo en el entorno, no es en absoluto ni casual ni improvisada.

El castillo de Pedraza, también conocido como Castillo de los Velasco, supuestamente creció sobre edificaciones previas de naturaleza romana y musulmana, lo que le hace ser considerado como uno de los más antiguos de toda Europa.

Castillo de Pedraza. Maciza torre del homenaje. Su tercer piso, empero, sufrió un derrumbe mediado el siglo XX.

Castillo de Pedraza. De defensas y heráldicas (de la familia Fernández de Velasco)... Cuentan que fue en la vieja fortaleza romana, y no en Sevilla, donde nació el futuro emperador Trajano; e incluso hablan de su madre, algo más factible... Menos discutible es su uso temporal como residencia de Abderramán III y como prisión de los infantes Francisco y Enrique de Valois y Angulema, hijos de Francisco I.

Castillo de Pedraza. La fortaleza también es protagonista de leyendas y habladurías, como esta historieta que habla de dos jóvenes enamorados en medio de los cuales se entromete el señor feudal Sancho de Ridaura. El joven, con el corazón roto, ingresa en un convento para olvidar su dolor. Pero años después, dada su humildad y devoción, sería nombrado capellán y confesor de los señores feudales, lo que alimentaba el reencuentro. Esa vieja pasión se concretaría durante una ausencia del señor por motivos bélicos; a su vuelta descubriría la infidelidad, recompensaría al fraile con una corona de espinas incasdencente y acabaría encontrándose a su esposa muerta tras atravesarse el corazón con una daga.



Castillo de Pedraza. Lienzos, almenas y torreones...

Castillo de Pedraza. La hoz escarvada por el arroyo del Vadillo.

Las faldas de un Sistema Central con sus cimas ocultas tras las nubes. Unos contornos fascinantes.

Villa de Pedraza.

Otra vista de la Villa de Pedraza desde las inmediaciones de su castillo.

La iglesia de Santa María. O lo que queda de ella. Este templo románico, que por su cercanía a la fortaleza hacía las veces de templo oficial de sus inquilinos, acogió misas con invitados reales.

La iglesia de Santa María. O lo que queda de ella. Este templo románico, que por su cercanía a la fortaleza hacía las veces de templo oficial de sus inquilinos, acogió misas con invitados reales.

La iglesia de Santa María. O lo que queda de ella. Este templo románico, que por su cercanía a la fortaleza hacía las veces de templo oficial de sus inquilinos, acogió misas con invitados reales.

Curiosa representación escultórico de un león en la jamba de una edificación de estética antigüa pero evidente remodelación profunda.

Y el lobo.

Calle del Monte.

Y miramos hacia atrás. La iglesia de Santa María. O lo que queda de ella. Este templo románico, que por su cercanía a la fortaleza hacía las veces de templo oficial de sus inquilinos, acogió misas con invitados reales.

No pasa en absoluto desapercibido el ábside de la iglesia de Santa María. Y se intuye una belleza en gran parte perdida a través de los restos de sus arcos de medio punto.

Calle del Monte. Tránsito estrecho no apto para vehículos.

Calle del Monte. Un buen ejemplar de árbol.

Calle del Monte.

Calle Íscar. Antesala de la Plaza Mayor y de la calle Angosta.

Calle Íscar. Antesala de la Plaza Mayor y de la calle Angosta.

Plaza Mayor. Efectos y siluetas.

Calle Angosta.

Desde la Plaza Mayor afrontamos la calle Real en sentido descendente y caminamos junto a esta fachada por supuesto blasonada.

Calle Real. Con ese leve trazado en curva donde se concentran un par de negocios de productos típicos y, también, la atípica oficina de turismo municipal (ubicada en la casa de los Pérez-Salcedo).

Calle Real. Estamos a punto de volver a ver la Puerta de la Villa.

Pedraza. Puerta y Cárcel de la Villa. Y entorno. A la izquierda, impercetible, arranca la calle de los Procuradores, la tercera vía que nos recibe al cruzar las puertas. La de Procuradores asciende directamente hasta los entornos del castillo.

Puerta de la Villa. Las afueras de Pedraza, contempladas a través de la puerta de acceso.


[noviembre de 2015]